Anahi Rubin
TeleSur
Regeneración, 12 de febrero de 2015.-El Congreso de Estados Unidos aprobó un proyecto de ley, que ayuda a la incrementación, evaluación, atención y prevención de suicidios entre veteranos de guerra, así como mejoras en la salud mental de los mismos.
Esta decisión de los congresistas americanos, llega tras la lucha de organizaciones de veteranos, desde la guerra de Vietnam; hace muchos años y muchas guerras. La ley llevará el nombre de Clay Hunt, un militar que después de pelear en Irak y Afganistán se quitó la vida en el año 2011.
Entre los senadores que apoyaban este proyecto de ley se destacan el republicano John Mc Cain, seguramente recordando su pasado de soldado; quien reconoció que « según un estudio publicado en Annals of Epidemilogy’’, la tasa de suicidios entre veteranos en Irak y Afganistán es 50% más alta que el resto de la población; lo que determina la impactante cifra de 22 suicidios por día, aproximadamente 8000 por año, de soldados que se quitan la vida.
Aunque el caso del soldado Clay Hunt, acaparó la atención de los medios, no es el único. Según el Departamento de Veteranos cada 80 minutos un ex combatiente se suicida, mientras otros quedan con secuelas físicas y emocionales de por vida. Los argumentos de los políticos, están basados en documentos y reportes, entre ellos «Perdiendo la batalla: el desafío del suicidio entre militares’’, realizado por Dr. Margaret C. Harrel y Nancy Berglass, «aunque solo el uno por ciento de la población norteamericana sirve en las Fuerzas Armadas, un 20% de los suicidios en Estados Unidos, ocurre entre ex soldados o veteranos’’.
Estas cifras subieron después de las guerras de Irak y Afganistán. Cuando los soldados regresaban a sus hogares y tenían que confrontar con dificultades económicas, sociales y principalmente con un estado que no respondía ni responde a sus necesidades básicas para una vida digna.
75000 veteranos pasaron a formar parte de los desamparados que viven en las calles
Entre estas dificultades se mencionan el desempleo, y la falta de vivienda. Según un informe del Departamento de Trabajo, más de 900.000 veteranos de guerra, entre los que se incluyen 35.000 hispanos están desempleados y un cuarto de esa población no accede a una vivienda. De acuerdo al Bureau Económico, en el año 2010, 75000 veteranos pasaron a formar parte de los desamparados que viven en las calles. Además de todos estos agravantes, se suman los trastornos psicológicos, siendo el más habitual, el estrés postraumático.
Desde el Departamento de Veteranos, su directora Jan Kemp, quien dirige el Programa Nacional de Salud Mental para Prevención de Suicidios, indicó que además de asistencia psicológica en forma personal, tuvieron que adaptar otros métodos terapéuticos usando teléfonos, y mensajes de textos para cubrir en forma más amplia la necesidad de esa población. La Doctora Kemp afirma que en el 2007 recibieron más de 500.000 llamadas telefónicas y 31.000 mensajes por el chat y que a fines del 2014, esta cifra se había elevado a 840.000 comunicaciones, para solicitar ayuda.
La directora del programa, asevera que« gracias a estos programas, han rescatado a 18.000 veteranos del suicidio, quienes al regresar a sus casas se sienten desconectados de la sociedad y si esa situación se acumula puede culminar en un desastre’’.
El desastre ya está instalado, según palabras de la mamá del soldado Hunt, su hijo no recibió el certificado por discapacidad qué necesitaba, acorde a sus síntomas de depresión, ataques de pánico y estrés postraumático. « Se vio sin salidas y se suicidó’’.
Paul Rieckoff, fundador de la organización, Irak and Afganistán Veterans of América, instó al Congreso a aprobar la ley Hunt para finales de este año. Agregó: «La lucha contra el suicidio no es solo un problema de la comunidad de veteranos, sino de toda la sociedad, especialmente en nuestro país, que sigue mandando tropas a Oriente Medio.
«22 veteranos se suicidan por día, necesitamos esa aprobación ahora», dijo categóricamente Rieckoff.
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