5 los policías muertos en Dallas durante protestas contra el racismo

  • La muerte de dos afroamericanos en 48 horas desata la ira.

  • Murió en Dallas el francotirador rodeado por la policía.

 

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Lo que se sabe hasta ahora

  • 5 policías han muerto y 6 han resultado heridos por dos francotiradores
  • Tres personas están detenidas. Se desconoce sus identidades
  • Un cuarto sospechoso se atrincheró y se suicidó horas después
  • Aseguró haber colocado varias bombas repartidas por Dallas
  • Se cree que los arrestados actuaron de forma coordinada
  • Una «persona de interés» que fue puesta bajo custodia ya ha sido liberada
  • Las autoridades de aviación han restringido los vuelos sobre la ciudad
  • No se descarta que haya más implicados en el ataque

Vía Agencias

Regeneración, 8 de julio del 2016.-Cinco policías han fallecido y otros seis han resultado heridos este jueves por la noche por disparos de francotiradores durante una manifestación contra la violencia policial en Dallas (Texas). La rabia por la cuestión racial ha vuelto a estallar tras la muerte de dos hombres negros a manos de la policía en el transcurso de 48 horas, en dos actuaciones de extrema violencia grabadas en vídeo, que se han viralizado y desatado la indignación.

Los policías han sido abatidos por dos francotiradores que les dispararon desde una posición elevada y están en busca y captura por la policía, que ha pedido la colaboración vecinal. Las fuerzas de seguridad han detenido a tres personas.

Un sospechoso se ha atrincherado en un aparcamiento del instituto de Formación Profesional, llamado El Centro College, próximo al lugar de los disparos. Según informan varios medios estadounidenses, este está muerto, aunque no ha aclarado si ha sido abatido o se ha suicidado. El hombre había amenazado con matar a más oficiales y detonar bombas, según ha asegurado el jefe de policía de Dallas, Mike Brown.

«Le ha dicho a nuestros negociadores que el final se acerca, que él se va a hacer daño y va a matar a más de nosotros. Además, ha añadido que hay bombas por el garaje y en el centro», ha afirmado Brown a la prensa.

El presidente Barack Obama ha condenado, en una comparecencia en Varsovia, donde asiste a la cumbre de la OTAN, los hechos: «Este ha sido un ataque atroz, calculado y despreciable contra agentes de seguridad». Obama ha recalcado su apoyo a quienes integran los cuerpos de polícia porque «tienen un trabajo difícil» y «la inmensa mayoría de ellos hacen un buen trabajo». El presidente ha dicho que una vez que se vayan aclarando los hechos habrá que reabrir el debate sobre el fácil acceso a armas de fuego muy potentes que «hacen más letales estos ataques».

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Anoche, nada más llegar a la capital polaca, Obama había declarado que «hemos visto tragedias como esta demasiadas veces”, en referencia a las muertes, grabadas con teléfonos móviles de dos negros por disparos de policías. “No es solo un problema negro. No es solo un problema hispano. Es un problema americano, y a todos debería preocuparnos”, dijo.

El alcalde de Dallas, Mike Rawlings, ha declarado: «Nuestra peor pesadilla ha ocurrido» y ha añadido «es un momento descorazonador». La primera víctima identificada es el agente Brent Thompson, de 43 años, que se unió al cuerpo de policía en 2009. Los agentes han arrestado a una mujer detenida en un aparcamiento cercano a la zona del tiroteo y a otros dos individuos que circulaban por la autopista en un Mercedes.

Paralelamente, la policía hizo circular por Twitter la foto de un sospechoso, identificado como Mark Hughes, que se entregó «nada más» ver su imagen en las redes sociales. Este, que en la fotografía vestía de camuflaje y llevaba un fusil de asalto al hombro, ya ha sido puesto en libertad. «Nada más ver mi foto, hice que se detuviera un coche de Policía», ha explicado Hughes ante las cámaras de la CBS. «Mi hermano podría haber muerto porque alguien cometió la irresponsabilidad de colgar su imagen en Twitter», ha declarado su hermano pequeño, Corey Hughes, ante la misma cadena. «No hemos hecho más que cooperar con la Policía», ha asegurado.

Las protestas y manifestaciones se han ido sucediendo a lo largo del día en distintas ciudades de forma espontánea tras la muerte de los afroamericanos Philando Castile, en Minnesota, y Alton Sterling, en Luisiana. El tiroteo en la que ha derivado la concentración de Dallas hace temer nuevos disturbios como los que se generaron en Ferguson (Misuri), hace dos años, cuando Michael Brown, un chico de 18 años que iba desarmado, perdió la vida por los disparos de un policía blanco.

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Este tipo de casos muestra las heridas raciales de Estados Unidos, sus problemas aún por resolver. El propio gobernador de Minnesota, Mark Dayton, admitió ante la prensa por la tarde que veía un sesgo racista en el caso y que sentía que «hubiese acabo de un modo distinto si hubiesen sido blancos».

Este miércoles, Castile, de 32 años, murió abatido por un agente de policía que lo había detenido porque su vehículo tenía un faro trasero roto. En el vídeo, que su novia transmitió en directo, se le ve agonizar mientras el policía sigue apuntando su pistola y la mujer relata su versión de los hechos. El día antes, Alton Sterling, se fue de este mundo en Baton Rouge, Luisiana, disparado por dos agentes que le dispararon cuando ya había sido reducido.

 

Veterano de Afganistán: uno de los francotiradores

Según la última información disponible, el francotirador de Dallas identificado como Micah X. Johnson era un veterano de Afganistán. Johnson, que residía en un suburbio de la ciudad, no tenía antecedentes penales ni estaba vinculado a grupos terroristas.

 

micah x Johnson asesinato de policías dallas

 

Según el jefe de la Policía de Dallas, David Brown, el exmilitar Micah X. Johnson aseguró estar «muy apenado» ya que su intención no era «matar a policías negros, sino a blancos» por sentirse «muy ofendido» por ellos. Esta fue la confesión del francotirador antes de ser abatido.

Johnson aseguró que actuaba por cuenta propia y no formaba parte de ninguna organización terrorista.

Por el momento, las fuerzas de seguridad han detenido a tres sospechosos. Johnson, muerto tras atrincherarse en un estacionamiento de un instituto de formación profesional próximo al lugar del tiroteo, era el cuarto de ellos. Tras horas de negociaciones, los agentes introdujeron un robot cargado con un explosivo hasta el interior del centro y lo hicieron detonar. «No teníamos otra opción», aseguraron.