Dos mujeres, ex esclavas sexuales del EI, ganaron premio del parlamento europeo

El premio Sajarov del parlamento europeo fue para Lamiya Aji Bashar y Nadia Murad, dos mujeres secuestradas y violadas por yihadistas.

 

mujeres galardonadas
A la derecha Lamiya Aji Bashar, izquierda Nadia Murad

Regeneración, 27 de octubre de 2016.- Lamiya Aji Bashar y Nadia Murad, mujeres yazidíes que escaparon de sus captores yihadistas fueron reconocidas hoy por el parlamento europeo con el galardón Sajarov a la libertad de conciencia.

Ambas mujeres fueron secuestradas el 3 de agosto de 2014 en la localidad de Kocho, en Irak, durante la guerra en Siria e Irak y consiguieron escapar de su cautiverio.

“Comparten una trágica historia. Ambas tuvieron que presenciar las atrocidades cometidas por el llamado Estado Islámico. Ambas presenciaron el asesinato de familiares muy próximos y ambas fueron denigradas a la esclavitud y explotación sexual”, ha dicho el presidentde de la Eurocámara, Martin Schulz, ante el pleno de Estrasburgo.

En aquel día trágico en que fueron puestas en cautiverio, el Estado Islámico masacró a todos los varones de la aldea y a casi un centenar de mujeres mayores y convirtió en esclavas al resto de mujeres y niños, entre ellas, las dos chicas.

En el caso de Nadia ese día perdió a sus seis hermanos y a su madre, que fue asesinada junto con otras ochenta mujeres que los terroristas consideraron sin valor sexual. La historia de Lamiya es igual de trágica. El Estado Islámico asesinó a su padre y a sus hermanos y convirtió en esclavas sexuales a ella y a sus hermanas además de obligarlas a fabricar bombas y chalecos suicidas en Mosul.

La primera que consiguió salir fue Nadia, gracias a la ayuda de una familia vecina que la ascó de forma clandestina en 2014.

La joven consiguió llegar a un campamento de refugiados al norte de Irak y posteriormente a Alemania desde donde se convirtió en activista contra la violencia sexual de la organización terrorista. De hecho, en diciembre de 2015 intervino en la primera sesión de la historia del consejo de seguridad de Naciones Unidas dedicada al tráfico de personas y en septiembre de este año se convirtió en la primera persona superviviente de tráfico de personas en ser nombrada embajadora de buena voluntad de la ONU.

Por otro lado, Lamiya, tuvo más problemas para escapar, pero tras intentarlo varias veces, lo logró en abril de 2016, cuando cruzó la frontera kurda, pero en su huida, una mina terrestre le dejó parcialmente ciega. Al igual Nadia terminó en Alemania, donde ha recibido tratamiento médico.

Ambas mujeres, fueron electas en una reunión de presidentes del parlamento europeo, en una terna en la que también figuraba Can Dündarn, un periodista turco y el líder de la minoría tártara de Crimea, Mustafá Dzemilev.

El galardón se entrega anualmente desde 1988 e incluye una dotación de 50 mil euros, con los que se pretende recompensar los esfuerzos en materia de derechos humanos y libertades fundamentales de ciudadanos y organizaciones.

Vía El País