Se trata de una subestructura al interior de la pirámide de Kukulkán, detallaron investigadores de la Facultad de Ingeniería de la UNAM.
Regeneración, 16 noviembre 2016.- Investigadores de la Facultad de Ingeniería de la UNAM confirmaron la existencia de otra pequeña pirámide en el interior de El Castillo de la zona arqueológica de Chichen Itzá, en Yucatán, se trata de una subestructura al interior de la pirámide de Kukulkán, la cual dataría de la época de los primeros pobladores de la zona, este descubrimiento, abre la posibilidad de profundizar en los estudios sobre el periodo en el que vivieron los llamados “mayas puros”.
El doctor René Chávez, responsable del proyecto de investigación propuesto por el Instituto de Geofísica de la UNAM, en conferencia de prensa, ofreció detalles acerca del método de tomografía eléctrica que se utilizó para «mirar por dentro» a la también llamada pirámide de Kukulkán en la cual ya se había detectado en los años 30 una primera subestructura de grandes dimensiones.
Chávez Segura, explicó que este descubrimiento realizado a través de la tomografía eléctrica tridimensional, “es como las muñequitas matrioskas; de la grandota sacamos otra y otra y otra.”
Se utilizó tecnología diseñada por científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), jamás utilizada en otra parte del mundo, se pudo determinar que esta segunda subestructura tiene una altura de más 10 metros, “utilizamos electrodos planos en una zona en donde no se puede clavar o hacer algún tipo de obra porque, se puede decir, que todo el suelo de Chichen Itza es sagrado”, dijo.
La investigadora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Denisse Lorenia Argote Espino, detalló que el “hecho de vislumbrar la presencia de está estructura nos estaría hablando de un asentamiento muy original,” esta estructura contaría con un adoratorio intacto, dijo Argote.
Explicó que las culturas antiguas no destruían sus estructuras, sino que construían sobre ellas, porque son sitios sagrados, eran considerados “ejes cósmicos; son lugares en lo que los gobernantes o los sacerdotes estaban en contacto con los otros planos espirituales, por lo tanto no pueden ser simplemente destruidos.”
Detalló que este proyecto, con el apoyo de la UNAM, “costó, en los dos años que oficialmente duró, medio millón de pesos aproximadamente,” en 2014 descubrió que El Castillo se levanta sobre un cenote que ahora se sabe tiene entre 20 y 25 metros de diámetro.
Con información de El Diario de Yucatán y La Jornada