La disputa por la Ciudad de México

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Por Héctor Eduardo Cruz Flores

Regeneración, 20 febrero 2017.- En 1981, Rolando Cordera y Carlos Tello, ambos catedráticos de la Facultad de Economía de la UNAM, escribieron el Libro “México: La Disputa Por la Nación”, tres décadas después, en 2011, se publica una segunda edición, con un nuevo prologo que titulan, acertadamente “Lo que queda por disputar”, replanteando el análisis para aquel momento concreto, reconociendo aciertos y errores. Este libro deja claro que existen dos proyectos de Nación que están en disputa constante desde del movimiento postrevolucionario, específicamente a partir del Cardenismo, el primero de ellos y aparentemente el ganador hasta ahora desde hace más 30 años, el  proyecto Neoliberal, el segundo, el proyecto Nacionalista. Los autores arriba citados, describen perfectamente como las elites empresariales se prepararon para esta disputa, imponer su proyecto, creando instituciones educativas como el Tecnológico de Monterrey y el ITAM, así como asociaciones empresariales (por ejemplo el Consejo Coordinador Empresarial), pero sobre todo enviando a jóvenes a estudiar el extranjero, que al regresar catalizarían la incorporación de México al proceso de Globalización,  “El proyecto neoliberal en México tiene como proposición maestra la de que los intereses a largo plazo de las sociedades norteamericana y mexicana pueden ser mejor satisfechos si ambas economías se abocan conscientemente a la construcción de un sistema global de mutua complementación”.

Aprovechando la pasada coyuntura respecto a la publicación de la Constitución para la Ciudad de México, hacemos las siguientes reflexiones desde la principal arena local de esta disputa, la Ciudad de México, que hoy día, se circunscribe a la incuestionable disputa por la nación, entre esa elite que se ha preparado y ha logrado implementar su proyecto antidemocrático y neoliberal y el Proyecto Alternativo de Nación que plantea y defiende Morena:

Nuestra histórica Ciudad ha sido escenario de muchas batallas por la búsqueda de la democracia, la libertad y la plena autonomía de sus habitantes, y han sido muchas las causas justas y dignas que se han defendido desde este oasis de derechos y garantías, incluso referencia obligada, en su momento, para las protestas del interior del país. Una de las principales y más destacadas batallas, tuvo lugar a partir del año 2000, en el que Andrés Manuel López Obrador y el movimiento democrático que encabezó, ganaran la jefatura de gobierno del entonces Distrito Federal, hoy Ciudad de México, lo que permitió que se priorizaran acciones de gobierno en los campos de las finanzas, el desarrollo social, salud, gestión de fondos públicos, transparencia y seguridad pública, persiguiendo como objetivo a mediano plazo, impulsar la Ciudad de la Esperanza, en la que se planteaba el florecimiento de una gran urbe democrática, equitativa, sana, bella y segura para todos, aportando así, una indiscutible victoria para el nuevo proyecto de nación.

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Posteriormente vendrían otras batallas que librar, para diciembre de 2015, se presentaría una escaramuza más en esta disputa, ya que se aprobó la reforma política para la Ciudad de México, en donde el oficialismo alardeaba el cumplimiento de la deuda histórica con la ciudadanía, que deseaba que el Distrito Federal fuese un estado con autonomía, tuviese su propio Congreso y Constitución. Lo anterior inicio con la convocatoria para realizar la elección de una Asamblea Constituyente, para redactar la que sería la Constitución local, cuya integración estuvo viciada de fondo y desde el principio, ya que solo se votaron el 60% de las diputaciones, integrándose el 40% restante por las diputaciones que se designaron desde el ejecutivo local y federal y por supuesto el congreso federal, situación que Morena denuncio y combatió  a conciencia. Esto no sería más que el inicio de una apresurada y desgastante, pero fructífera y honrosa lucha por mantener las conquistas sociales, políticas y económicas logradas hasta ese punto.

No podemos perder de vista que lo que se discutió y aprobó en la pasada Asamblea Constituyente, fueron dos visiones de ciudad,  donde por parte de una de ellas se pretendió dar marcha atrás a la voluntad de las mayorías hecha ley, proponiendo privatizar el agua, retroceder en materia democrática, de autonomía financiera, del desarrollo y la educación científica y tecnológica, de los derechos de las personas no heterosexuales, de los derechos de las y los niños y jóvenes de esta ciudad, que gracias al esfuerzo de las organizaciones sociales, los actores políticos, la ciudadanía en general y muy en lo particular de las diputadas y diputados de Morena, se lograron preservar en una Constitución que hasta el último momento se vio defendida en lo que respecta a esos derechos, conquistados en esta Ciudad Capital, que servirá de parangón para otras entidades, e incluso a nivel federal por haber resistido el embate del proyecto neoliberal, y lograr un texto constitucional como nuevo punto de partida para la construcción de la Ciudad que queremos.

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Esta Ciudad Capital ha librado con éxito las batallas que tuvo enfrente, concretando esfuerzos en la lucha porque se respete su autonomía y libertades de carácter social, político y económico, las y los habitantes de la Ciudad de México, queremos y merecemos un mejor nivel de vida, y luchamos y lucharemos por ella, siempre por la vía pacífica, democrática y electoral, y claro que lo lograremos, siempre y cuando mantengamos firmes los principios ideológicos de no mentir, no robar y no traicionar. Rolando Cordera y Carlos Tello, anticipando y sin saber que Morena seria el movimiento que hoy día es la punta de lanza en la defensa del proyecto Nacionalista, lo confirmaron, primero en 1981 y posteriormente en 2011, “En este contexto, no es ocioso insistir en que, en la actualidad, lo nacional y lo popular, para convertirse en realidades sociales y desde luego para expandirse, requieren de una creciente participación de las masas…Y frente a esto no hay recetas probadas ni caminos fáciles”, por lo que seguiremos librando, orgullosa y dignamente, la disputa por nuestra ciudad.

 

Lic. Héctor Eduardo Cruz Flores, Licenciado en Economía, Escuela Superior de Economía, IPN. Licenciatura en Derecho, FES Aragón, UNAM. Entrenador y promotor de Fútbol Americano infantil.