La Arquidiócesis a cargo de Norberto Rivera, acusó que los recursos son gastados en partidos políticos mientras la violencia hace metástasis en las zonas más deprimidas y pobres. Por ello, justificó que «la intervención del clero» es para detener estas situaciones ante la existencia de un «vacío de poder institucional».
Regeneración, 11 de junio de 2017.– En el editorial del semanario religioso Desde la Fe, la Arquidiócesis Primada de México, encabezada por el cardenal Norberto Rivera Carrera, señaló que los sacerdotes en comunidades apartadas son blanco fácil y viven bajo presión por parte del crimen organizado.
La Arquidiócesis señaló que mientras fuerzas y recursos son consumidos en las campañas políticas y el sostenimiento de partidos, «la violencia hace metástasis en las zonas más deprimidas y pobres».
El texto dice que “la ausencia de autoridad que apacigüe al crimen provoca que actores con autoridad moral salgan a dar la cara para acordar, por lo menos algunas cláusulas de paz y seguridad para ciertos sectores que en el pasado gozaban de respeto».
El artículo titulado «El país se desangra», mencionó el caso del Obispo de Chilpancingo-Chilapa, Monseñor Salvador Rangel Mendoza, quien se reunió el pasado 28 de mayo con miembros de la delincuencia para acordar garantías de seguridad para continuar realizando sus actividades evangelizadoras en la región.
«Muchos sacerdotes, en comunidades apartadas del país, son blanco fácil y viven bajo la gran presión del crimen organizado que les impide realizar su misión evangelizadora, prohibiéndoles incluso pronunciar la palabra ‘narcotráfico’ o hacer algún cuestionamiento que ponga de manifiesto su inmoral actuación, pues lo pagan con la vida».
«Mons. Rangel Mendoza dijo que habría entrado en pláticas con los delincuentes provocando la molestia de autoridades que han enarbolado el discurso triunfalista de ‘que todo va bien, de que no ha problemas ni dificultades, pues en el fondo lo que se busca es ocultar la verdad'», dice el editorial.
Justificó que » la intervención del clero» es para detener estas situaciones ante la existencia de un «vacío de poder institucional».
De igual forma, el texto retoma lo ocurrido en el penal de Reynosa que «se convirtió en zona de guerra ante la impotencia de las autoridades para controlar la situación», mientras «en Veracruz desde enero hasta abril se habían dado 620 ejecuciones violentas; en Guerrero todos los días se reportan asesinatos sin control» y «Oaxaca padece las mismas circunstancias cuando grupos criminales realizan actos de terror contra la población indefensa».
Acotó que a esto se suman «amenazas y amedrentamientos a los ciudadanos, quienes deben sobrevivir en incertidumbre absoluta y estado de indefensión».
Con información de El Universal y La Jornada