* Un estudio realizado por el Grupo Microanálisis reveló que el agua que consumen las personas en los ocho poblados situados en la ribera del río Sonora, contienen altos niveles de plomo, arsénico y cobre.
Regeneración, 23 de junio de 2017.- Un estudio reveló que el agua que consumen las personas en los ocho poblados situados en la ribera del río Sonora, contienen altos niveles de plomo, arsénico y cobre. Esto, a casi tres años del mayor desastre ambiental en el país, el derrame de 40 mil metros cúbicos de sulfato de cobre acidulado de la compañía minera Buenavista del Cobre, de Grupo México.
El estudio, a cargo del Grupo Microanálisis, laboratorio que realiza trabajos especiales para la Unidad de Vigilancia Epidemiológica y Ambiental, dependiente de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), se llevó a cabo en las aguas que consume la población de Banámichi.
Por su parte, Elda León y Loyda Valdez, habitantes de ese municipio, alertaron a la población y llamaron tanto al consorcio minero propiedad de Germán Larrea Mota Velasco, como a las autoridades para solucionar el problema urgentemente.
La concentración de plomo es de 0.0223 miligramos por litro de agua, lo que excede en 25 por ciento el límite previsto en la norma oficial mexicana NOM-127, es decir, el agua que corre por la red de Banámichi no es apta para consumo humano, revela el estudio.
“En Sonora hay mineras nacionales y extranjeras; ambas explotan recursos sin controles, reglamentos ni vigilancia. Exigimos a las autoridades municipales, estatales y federales que se instalen las (plantas) potabilizadoras que hace tres años ofrecieron y autorizaron para los pueblos del río Sonora”, publicaron las habitantes en sus redes sociales.
Loyda Valdez exigió al consorcio minero que cumpla de inmediato los compromisos pactados en septiembre de 2014.
“Que los responsables pongan plantas con agua limpia, garanticen salud y vida a los pobladores, pero sobre todo, que no enfermen más personas”.
Cabe mencionar que el 11 de abril pasado, Grupo México ordenó la reducción de las 27 plantas potabilizadoras que se construirían para abastecer a los 25 mil habitantes de los ocho municipios ribereños afectados y ordenó que solo fueran nueve.
Según los planes más recientes anunciados por directivos de Grupo México, habrá siete plantas fijas y dos móviles. El Fideicomiso Río Sonora (creado por la empresa) ha gastado mil 250 millones de pesos y le restan 750 millones para instalar las purificadoras con tecnología de ósmosis inversa.
La mayor parte de los recursos ya fueron utilizados y todavía no se construyen ni el hospital para atender a las víctimas del derrame ni las plantas potabilizadoras.
Los principales problemas de salud que padecen los afectados por los tóxicos derramados por Buenavista del Cobre son dermatológicos, gastrointestinales, oftalmológicos y neurológicos.
Con información de La Jornada