Esta privatización nacería muerta, si los cucharazos en la cerca metálica no la abortan
Por René Sánchez Galindo
En la página 59 del predictamen se dice: «…la concesión es el instrumento jurídico que confiere derechos a los particulares para explotar o aprovechar los bienes del dominio de la Nación, al suprimirse las concesiones se cancela la posibilidad de cualquier derecho de los particulares sobre el petróleo y demás hidrocarburos en el subsuelo…».
En el artículo 27 del Proyecto de dictamen se mantiene la prohibición constitucional de otorgar concesiones en materia de petróleo.
Pero en el 4to. transitorio, dice:
«Modalidades de contraprestaciones, deberán regularse las siguientes: I) en efectivo, para los contratos de servicios; II) con un porcentaje de la utilidad, para los contratos de utilidad compartida; III) con un porcentaje de la producción obtenida, para los contratos de producción compartida; IV) con la transmisión onerosa de los hidrocarburos una vez que hayan sido extraídos del subsuelo, para los contratos de licencia, o V) cualquier combinación de las anteriores».
Esto es una contradicción:
Prohíben a los particulares aprovechar los bienes de dominio público, pero facultan a este congreso para regular que los particulares se queden con un porcentaje de la utilidad, de la producción, o inclusive la transmisión o entrega de los barriles, a cambio de un pago.
Es decir, no pero sí.
No se puede aprovechar el petróleo, pero sí se puede aprovechar un porcentaje de su venta, de su producción, o hasta quedarse con él (si te caes con una «lanita»).
Rematan estableciendo un nuevo principio constitucional: el mayor beneficio para el desarrollo de largo plazo.
Esto es una contradicción insostenible.
Ningún tribunal admitirá contrato alguno. Si comparamos la exclusividad de Pemex con la participación de privados en ningún caso habrá más beneficio a largo plazo puesto que se compartirían con privados las ganancias, producción o hasta los barriles mismos. Ningún tribunal admitirá esto, ninguna razón lógica permitirá esto.
Podemos afirmar que esta privatización nacería muerta, si los cucharazos en la cerca metálica no la abortan.
* René Sánchez Galindo es Consejero Nacional de Morena y abogado de la asociación Colectivas AC.