En ONU señalan responsabilidad de empresa TrasnCanada, gobiernos federal y estatal, así como autoridades de Tlacuilotepec, Pahuatlán y Honey, en Puebla
Por Leticia Ánimas Vargas
Regeneración, 13 de junio del 2018. Pahuatlán, Pue.– La empresa TrasnCanada, los gobiernos federal y estatal y autoridades de Tlacuilotepec, Pahuatlán y Honey, en Puebla, fueron denunciados ante la Relatora Especial para los Pueblos Indígenas de la Organización de Naciones Unidas por actuar en contra de los intereses nacionales y los derechos de los pueblos originarios en la construcción del gasoducto Tuxpan-Tula.
Ante el organismo de la ONU fueron dados a conocer algunos “actos de corrupción y violencia con los que el Estado mexicano y esa empresa trasnacional pretenden pasar por encima de los derechos de quienes habitamos y hemos ocupado ancestralmente los territorios que quieren despojarnos para luego destruirlos”, dijo Oliveria Montes Lazcano, quien representó a nombre del Consejo de Pueblos Originarios en Defensa del Territorio de Puebla e Hidalgo, realizó una gira de dos semanas por Europa.
Montes Lazcano señaló que de manera sucinta expuso ante la secretaria de la relatora de la ONU, Victoria Tauliz, en su oficina de Ginebra, Suiza, la manera en que TransCanada, con el apoyo de la Secretaria de Energía, la Agencia de Seguridad Energía y Ambiente, la Comisión Reguladora de Energía y hasta la Comisión Nacional para el desarrollo de los Pueblos Indígenas han intervenido para imponer la construcción del gasoducto que transportará 889 millones de pies cúbicos diarios de gas natural desde el sur de Texas hasta una planta termoeléctrica de la CFE ubicada en Tula, Hidalgo.
La obra, recordó, ha enfrentado el rechazo de los pueblos sin embargo, la empresa se ha valido del “chantaje, el engaño y la violencia para imponer un negocio privado como el gasoducto Tuxpan-Tula, sirviéndose de recursos públicos y atentando contra los intereses nacionales y los derechos de nuestros pueblos. Llegando incluso a cometer delitos, como la falsificación de las firmas de algunos indígenas que han demandado el Amparo de la Justicia Federal para que se respeten sus derechos”.
Lo mismo, recordó, han hecho autoridades municipales, como los alcaldes de Pahuatlán, Arturo Hernández Santos; el de Tlacuilotepec, Alejandro Guzmán García y el de Honey, Cirilo López Santos, que han actuado más como “empleados de TransCanada, que como representantes de sus pueblos”.
Añadió que dieron a conocer a la relatora de la ONU las irregularidades en que han incurrido para la instalación de esta tubería que medirá casi 270 kilómetros de longitud y, sobre todo, las violaciones a los derechos al Territorio, a la consulta pública y al consentimiento de las decenas de pueblos que serán afectados.
Además de los errores en las manifestaciones de Impacto Ambiental, de Impacto Social y también cómo los presidentes municipales se han negado incluso a dar información sobre este proyecto a los habitantes.
“No sólo somos nosotros lo que padecemos esto, en todo el país se multiplican los proyectos que dañan a los pueblos y el gobierno en lugar de velar por todos los que habitamos aquí, actúa más como comisionista de las empresas”, precisó Montes Lazcano.
A través de su secretaria la relatora de la ONU “reconoció que la situación que estamos viviendo es grave. Que las violaciones a nuestros derechos como pueblos indígenas también lo son y dijo que lo que procede será redactar un informe para presentarlo ante la Asamblea General de la ONU, para que se pronuncie al respecto”.
“Es muy probable que en su informe de septiembre, la ONU, mencione el caso del gasoducto Tuxpan-Tula, además de que el organismo nos ofreció mantenerse al pendiente de la lucha que desarrollamos tanto en la Sierra Norte de Puebla como en la Sierra Otomí-Tepehua en contra de TransCanada, pero también de otros proyectos que se desarrollan amparados en la Reforma Energética y que vulneran a los pueblos originarios”, subrayó la activista.
La gira de denuncia que realizó Montes Lazcano duró dos semanas y tuvo además el objetivo de visibilizar su movimiento de resistencia, conectarse, fortalecerse y hermanarse con otras luchas similares a la suya que se desarrollan en el viejo continente y fue acompañada y financiada por las organizaciones Gasactivis, 350.org y Rosa Luxemburgo.