Investigadores de la Universidad de Helsinki en Finlandia detectaron los efectos del jugo de arándano en ratones hipertensos.
Regeneración, 8 de enero de 2020. El consumo de jugo de arándano rojo a largo plazo reduce la presión arterial alta y mejora la función de los vasos sanguíneos, de acuerdo con un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Helsinki en Finlandia.
El estudio, que formó parte de la tesis doctoral del científico Anne Kivimäki, constó en revisar los efectos cardiovasculares del consumo de jugo de arándano rojo y la grosella negra líquida en ratones genéticamente hipertensos en un promedio de ocho a 10 semanas.
El jugo de arándano rojo redujo significativamente la presión arterial alta y mejoró la función deteriorada de los vasos sanguíneos al nivel de los vasos sanos,.
Sin embargo el jugo no previno la elevación arterial en relación con la edad del animal, apuntó el investigador mediante una publicación de la universidad.
JUGO DE ARÁNDANO EN RATONES
Además, el jugo de arándano rojo impidió la expresión de genes asociados con inflamación de bajo grado en la aorta (arteria más importante del organismo), mientras que el efecto de otros jugos de bayas fue menos marcado.
“El efecto subyacente es probablemente la reducción de la inflamación de bajo grado, así como los mecanismos relacionados con el sistema renina-angiotensina, un regulador central de la presión arterial y la disponibilidad de óxido nítrico, un factor vasodilatador endotelial local”, refirió.
Anne Kivimäki indicó que el jugo de arándano rojo no sustituye la medicación, pero es un buen suplemento dietético, aunque dichos hallazgos experimentales necesitan evidencia de estudios clínicos comparativos en individuos sanos con presión arterial ligeramente elevada.
23 millones de mexicanos padecen hipertensión arterial
Diagnóstico oportuno, favorece la buena calidad de vida en pacientes con Hipertensión arterial, enfermedad que afecta a uno de cada tres adultos mexicanos.
Regeneración, 17 de agosto de 2019. el especialista del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Enrique Díaz Díaz declaró que el diagnóstico oportuno es la clave para llevar una buena calidad de vida cuando se padece hipertensión arterial, una enfermedad que afecta a uno de cada tres adultos mexicanos.
“En México hay 23 millones de personas hipertensas, de las cuales 11 millones no lo saben”, aseguró el jefe de la División de Cardiología de la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) del Centro Médico (CMN) Siglo XXI.
Por ello, es importante acudir a una revisión periódica y ceñirse a la prescripción médica y a las recomendaciones de hábito saludables.
El especialista comentó que entre 60 y 70 por ciento de quienes padecen hipertensión no presentan síntomas hasta que la enfermedad avanzó y registra complicaciones.
Las estadísticas
Cada año, el IMSS atiende a seis millones de derecho-habientes diagnosticados con esta enfermedad y cada día se detectan 480 casos más.
Sin embargo, sólo hay un 10 por ciento de pacientes controlados, afirmó el especialista.
El especialista también explicó que la hipertensión arterial es una enfermedad crónica, incurable en un 95 por ciento de quienes la padecen, sin embargo, en el 5.0 por ciento restante el padecimiento es secundario a algún otro problema de salud.
Agregó que el Centro Médico Nacional Siglo XXl es pionero en el procedimiento y además ofrece un nivel de éxito total.
En el comunicado resaltó que “la presión arterial es la fuerza con la cual el corazón saca la sangre y esa fuerza presiona a las arterias, tanto en el momento de la contracción (sístole/presión alta) como en el de la relajación (diástole/presión baja) esto, lleva a que el corazón trabaje más”.
Riesgo cardiovascular
La hipertensión arterial es el factor de riesgo cardiovascular más prevalente en México y en el mundo.
A nivel global, mil millones de personas padecen esta enfermedad, de ahí la insistencia de tener un diagnóstico oportuno, reiteró.
El padecimiento se origina por herencia, diabetes, obesidad, sedentarismo y tabaquismo, pero afecta el sistema nervioso central, los ojos, el corazón e incluso el riñón puede resultar afectado.