Un grupo de astrónomos ha definido el lugar en el universo en el que todos nosotros vivimos. Lo ha bautizado Laniakea y parece imposible no sentir vértigo tras conocer su magnitud.
Laniakea, la palabra que en hawaiano se utiliza para decir «cielo inconmensurable»
3 de septiembre de 2014.-Miremos al Sol, la estrella que da calor a eso que llamamos casa. Parece un astro muy rimbombante, pero en realidad es sólo una más de las 100.000 billones (100.000.000.000.000.000) de estrellas que existen en Laniakea, un supercúmulo de galaxias que tardaríamos en recorrer 500 millones de años si cogiéramos carrerilla y alcanzáramos la velocidad de la luz.
Hasta hoy, la humanidad desconocía que vivía en Laniakea. Lo acaba de desvelar un equipo de investigadores liderado por el astrónomo Brent Tully, de la Universidad de Hawái (Estados Unidos). Hasta ahora, los mapas del universo observable mostraban una infinidad de galaxias apiñadas en cúmulos de cientos de galaxias agrupados a su vez en supercúmulos de miles de galaxias, pero era muy difícil decir dónde empezaba una estructura y dónde terminaba otra.
Para sortear este problema, el equipo de Tully ha concebido una nueva manera de definir los límites de los supercúmulos, basada en el movimiento de las galaxias. Las galaxias, como nuestra Vía Láctea (que contiene al Sol y otros 200.000 millones de estrellas), se mueven en función de las fuerzas gravitacionales generadas por la enorme masa de los supercúmulos vecinos. “Me gusta utilizar la analogía de las cuencas de los ríos. En un terreno relativamente plano puede ser difícil averiguar dónde hay una pendiente, pero el agua lo sabe. Y el agua en regiones adyacentes puede fluir en direcciones opuestas”, expone Tully. Su nuevo método ha permitido definir así los límites de Laniakea, allí donde las galaxias comienzan a moverse en otras direcciones.
Mapa de nuestro vecindario en el universo se publica hoy en la revista Nature.