Miles de turistas extranjeros se encuentran varados este lunes por el impacto del huracán Odile en Los Cabos, Baja California donde se han registrado graves destrozos en hoteles y viviendas y saqueos a comercios.
Regeneración, 15 de septiembre de 2014.-El paso de Odile, que en las últimas horas perdió fuerza hasta convertirse en huracán categoría uno, ha dejado casi incomunicado a Los Cabos (238.000 habitantes) y sin suministro eléctrico ni de agua potable, informaron autoridades nacionales, que no tienen conocimiento de ninguna muerte por el fenómeno pero sí de más de un centenar de heridos.
El gobierno alista un puente aéreo para empezar a evacuar a partir del martes a los 30.000 turistas, 26.000 de ellos extranjeros y 4.000 nacionales, que estaban en hoteles de la zona cuando Odile tocó tierra en la noche del domingo al lunes.
Los aeropuertos de Los Cabos y de la cercana ciudad de La Paz (252.000 habitantes) han sido cerrados por los daños, llevando desesperación a los turistas que aguardan hace horas por lugar en un vuelo.
«Cuando el huracán pegó con todo, como a la media noche, se cortó la luz (en el aeropuerto), los ventanales se estrellaron, el plafón colapsó y unas computadoras explotaron», recuerda Mariana Pérez, una ingeniera de 26 años.
Junto a ella, una cincuentena de personas -entre ellas una anciana de 94 años y un bebé- pasaron la noche en el aeropuerto, con el agua hasta los tobillos.
Al menos un avión yacía este lunes volcado sobre la pista del terminal aéreo.
Luis Felipe Puente, coordinador de Protección Civil, informó que el Ejército y la policía priorizarán la evacuación de turistas con problemas de salud y de los ancianos, tanto extranjeros como mexicanos.
La gran mayoría de los hoteles cercanos a la costa de Los Cabos han sufrido daños severos, casi todos perdieron ventanas por el viento y muchos sufrieron inundaciones en zonas bajas y habitaciones.
«Este es mi primer huracán. Fue terrorífico y divertido a la vez», dijo un joven de 30 años que pasó la noche en el corredor de su hotel luego que las ventanas de su cuarto estallaron.
«Estoy decepcionada por mis vacaciones, pero sobre todo me parte el corazón que la gente de aquí lo perdió todo», dijo Tifani Brown, una ama de casa estadounidense de 34 años.
(AFP)