Desde hace un año Monsanto no puede sembrar maíz transgénico en México. Los defensores de los maíces nativos que lograron la suspensión judicial de la siembra de semillas transgénicas de ese grano, se presentaron en sesión del Tribunal Permanente de los Pueblos
Regeneración, 21 de septiembre de 2014. En días recientes, las empresas trasnacionales como Monsanto y Syngenta han sufrido reveses judiciales que alimentan el optimismo de las organizaciones que presentaron la demanda contra la siembra de maíz transgénico en México.
En reunión pública organizada por el Tribunal Permanente de los Pueblos (TPP), Capítulo México, representantes de las organizaciones que llevan el juicio, informaron que el tribunal rechazó la contra-demanda de Monsanto que cuestionaba al magistrado Jaime Manuel Marroquín Zaleta (acusado de parcialidad y falta de ética), el colegiado resolvió que no procedía la demanda. Una semana antes otro juez rechazó una impugnación que la transnacional Syngenta había levantado contra la medida cautelar que suspendió la siembra de maíz transgénico.
Hace un año, el 17 de septiembre de 2013, se dictó una medida cautelar que suspendió todos los permisos para la liberación o siembra de maíces transgénicos en México. Dos tribunales federales –el Quinto Tribunal Colegiado en materia Civil del Primer Circuito, encabezado por el magistrado Walter Arellano Hobelsberguer, y el Segundo Tribunal Unitario en materias Civil y Administrativa del Primer Circuito, conducido por el magistrado Jaime Manuel Marroquín Zaleta– resolvieron que al existir la posibilidad de que sea violentado el derecho humano a la diversidad biológica de los maíces nativos, es razón legal suficiente para mantener detenida la siembra de transgénicos mientras dura el juicio colectivo y se dicta sentencia.
Las empresas trasnacionales rechazaron la decisión judicial e interpusieron demandas en contra. El gobierno federal salió en su defensa y, a través de la Sagarpa y la Semarnat, interpuso decenas de impugnaciones.
El evento se celebró en el centro de derechos humanos Agustín Pro Juárez, en medio de un ambiente de júbilo por las batallas legales ganadas hasta el momento. Desde hace un año Monsanto y otras empresas que lucran con la biodiversidad y las semillas cultivadas desde hace miles de años por los pueblos mesoamericanos, no han podido sembrar maíces transgénicos.
Esta defensa legal implica la preservación de un patrimonio biológico, alimentario y cultural. Está de por medio la soberanía alimentaria, el medio ambiente y la biodiversidad. Es una lucha de la sociedad contra los gigantes que acaparan la producción de alimentos y amenazan con acabar con los maíces mexicanos y con el modo de vida campesino que los reproducen. Sin maíz no hay país, pero sin sociedad organizada que lo defienda tampoco.