No hace mucho que Finlandia era vista como una especie de utopía económica escandinava donde sus felices ciudadanos gozaban de un gran estándar de vida al tiempo que su empresa estrella, Nokia, parecía destinada a dominar el mercado global de los teléfonos móviles.
23 de julio del 2015.-Apenas unos años más tarde, la realidad es bastante más lúgubre. El imperio telefónico de Nokia ha caído estrepitosamente y Finlandia en su conjunto tiene problemas económicos serios, con una caída en su PIB real de más de 6% desde 2007.
Aparte de Grecia, finlandia es el único otro país de la eurozona en recesión.
Tanto así que comentaristas como el premio Nobel de Economía Paul Krugman presentan a Finlandia como prueba de que los problemas del euro no se limitan a naciones endeudadas en el Mediterráneo como Grecia.
«El desempeño económico ha sido muy pobre también en varias naciones del norte de Europa con buenos indicadores de crédito», decía Krugman hace unas semanas en su blog Conscience of a Liberal, publicado en el diario The New York Times.
¿Problemas de origen?
El Nobel argumenta que, al igual que Grecia, Finlandia ha sido víctima de problemas que tienen que ver con la concepción misma del euro.
El derrumbe de las ventas de teléfonos móviles de Nokia y una caída similar en la industria papelera finlandesa han causado estragos en la economía de ese país.
Finlandia ha jugado de acuerdo las reglas «pero de todos modos los resultados han sido una catástrofe», dice el analista económico en el diario de la capital estadounidense.
«La camisa de fuerza del euro, en otras palabras, vuelve extraordinarios los problemas ordinarios, como en Finlandia, y los problemas extraordinarios los convierte en históricos, como en Grecia», agrega O’Brien.
El gobierno finlandés tiene otra opinión. Alex Stubb, el ministro de Finanzas en Helsinki, le decía al The New York Times que la incapacidad de devaluar debido a su membresía en la eurozona no es un inconveniente tan grave.
«La devaluación es como el dopaje», le dice Stubb al periódico neoyorquino, asegurando que los beneficios que ofrecería serían apenas temporales.
En cambio, argumenta el funcionario, haber sido parte del euro le ha permitido a Finlandia aumentar su integración económica con el resto de Europa.
Cuestión de política
También, como le dijo a BBC Mundo el premio Nobel de Economía Edmund Phelps en una entrevista de la semana pasada, aparte de las consideraciones económicas, no debe subestimarse la importancia política del euro para Europa.
En el caso de Finlandia, una nación que pasó décadas durante la Guerra Fría como incómoda vecina de la Unión Soviética, sentirse firmemente dentro de Europa Occidental ha sido parte integral de su seguridad nacional.
Y ser parte del euro ha servido a ese propósito, aunque los finlandeses estén pagando un costo actualmente por ser parte de este polémico club de la eurozona.
En Finlandia, como en Grecia y en buena parte del resto de Europa, el diagnóstico final de lo que ha sido la experiencia del euro pasa tanto por la política como por la economía