¿Hora de replantear política “anti-drogas”?

Los datos revelan que durante el segundo semestre de 2014, el consumo de marihuana superó al del alcohol en 20 estados de la República, mientras que en 25 de ellos desplazó al tabaco

A couple of people pass a joint.

Regeneración, 24 de julio del 2015.-En la presentación del libro “Consumo de Drogas: riesgos y consecuencias”, de los Centros de Integración Juvenil (CIJ), se dio a conocer que entre 2008 a 2014, el consumo de cannabis a nivel nacional, se incrementó en 17 por ciento

Los datos revelan que durante el segundo semestre de 2014, el consumo de marihuana superó al del alcohol en 20 estados de la República, mientras que en 25 de ellos desplazó al tabaco.

La información es congruente con los datos aportados en el primer trimestre de 2008, que indicaba que de las drogas que la población mexicana había consumido en algún momento de su vida, el 70.3 por ciento, había sido, el uso de cannabis, mientras que para el segundo semestre de 2014, se había observado el aumento en el consumo a un 87.4 por ciento.

El estudio de los Centros de Integración Juvenil (CIJ), indica también, que el consumo de metanfetaminas, registró un aumento, del seis por ciento, en el período 2008-2014. La metanfetamina (desoxiefedrina) es un potente psicoestimulante, un agente agonista adrenérgico sintético, estructuralmente relacionado con el alcaloide efedrina y con la hormona adrenalina.

Aunque la estructura química de la metanfetamina es similar a la de la anfetamina, sus efectos sobre el sistema nervioso central son mucho más pronunciados. La metanfetamina es conocida por su reputación de estimulante adictivo. Incrementa la actividad física, reduce el apetito y produce una sensación general de bienestar. Excita receptores neuronales vinculados a las señales de recompensa y gratificación: produce euforia, alivia la fatiga y mejora el rendimiento en tareas simples. Contrario a la marihuana, todas estas reacciones son provocadas por un agente químico de “fácil” preparación humana.

Información de los CIJ indica que casi 90 por ciento de la población consume alcohol como primera droga y 85 por ciento tabaco. Aunque el mayor aumento de consumo, entre 2008 a 2014, es el presentado en la mariguana, con 17 puntos porcentuales a nivel nacional, dato que se hace exponencial, al analizar la situación de las entidades federativas, en las que hay estados que llegan a tener 35 puntos porcentuales más en el consumo, por lo que más de 90 por ciento de los usuarios de los CIJ estarían consumiendo al tiempo, alcohol y mariguana.

El foco rojo, que alerta a los CIJ es la disminución de edad de inicio en el consumo de drogas, al registrar en 12 años, el principio del consumo de sustancias, teniendo cada vez más datos de pacientes con hasta seis años, que se iniciaron con mariguana y otros, muchos de ocho años, iniciando con el consumo de alcohol en diversa zonas del país.

Aunque al evento asistieron altos funcionarios federales y expertos en la materia como el titular de la Comisión Nacional Contra las Adicciones (Conadic), Manuel Mondragón y los ex secretarios de Salud, Jesús Kumate y José Ángel Córdova, no se realizó algún planteamiento que permita vislumbrar alguna modificación en el modelo policial de atención a las adicciones, quizá sea el momento de replantear.

Por otra parte, pero en el mismo contexto la Organización Panamericana de la Salud (OPS), dio a conocer que los habitantes del continente americano consumen un promedio de 8.4 litros de alcohol puro por año.

El 5.7 por ciento de los habitantes de la región asegura padecer algún trastorno relacionado con el consumo de alcohol, aunque la OPS estima que el número de consumidores seguramente es mayor.

El informe de la OPS, indica que el porcentaje de hombres que toma entre cuatro o cinco bebidas alcohólicas al mes en el continente americano se duplicó en los últimos cinco años, mientras que en mujeres se triplicó.

El aumento en el consumo problemático de alcohol puede adjudicarse a su alta disponibilidad en los países de nuestra región, donde hay un mercadeo masivo y no regulado con mucha publicidad, aunado a su bajo precio. Se suma a la problemática de salud pública, el consumo frecuente que puede llevar a la dependencia y una edad de iniciación cada vez más temprana.

Según el informe de la OPS, el porcentaje de hombres que consume al menos cuatro o cinco bebidas alcohólicas al mes pasó del 17.9 por ciento al 29.4 por ciento entre 2005 y 2010, y aumentó del 4.6 al 13 por ciento entre las mujeres en el mismo periodo.

Los habitantes del continente americano consumen un promedio de 8.4 litros de alcohol puro por año, lo que es 2.5 litros menos que en Europa, pero 2.2 litros más que el promedio mundial.

De esta forma, uno de cada cinco bebedores ( 22 por ciento) de la región toma alcohol de forma excesiva, un porcentaje superior al promedio global (16 por ciento), indicó la OPS en un comunicado.

Datos de la OPS de 2012, señalan el consumo de alcohol ocasionó la muerte de alrededor de 300 mil personas, de las cuales 80 mil se habrían salvado si el alcohol no hubiera estado presente, según sus estimaciones. Además de contribuir al desarrollo de 200 enfermedades y lesiones, incluidas las neoplasias (multiplicación o crecimiento anormal de células en un tejido del organismo), favorecer la posibilidad de adquirir infecciones venéreas y diversos trastornos mentales.

Todo lo anterior se presenta aun con las políticas gubernamentales, que han promovido como medida de control, el aumento de los impuestos al alcohol, la imposición de una edad mínima para la compra y venta de esta bebida, o la restricción en los horarios y locales de venta.

Con información de Notimex 230715 y EFE 240715