Regeneración, 20 de octubre del 2015.-La controversial visita de Andrés Manuel López Obrador al Vaticano ha hecho que nuevamente, como dice Ardían @ fobiadicto, se le exija más a AMLO que a los propios presidentes de México. El 14 de octubre de 2015, en Audiencia General, AMLO saludó al papa, le entregó una medalla con la imagen de Fray Bartolomé de las Casas y una carta. Hasta ese momento, el comportamiento de AMLO no es en nada diferente al de cualquier otro mexicano que hubiere podido obtener una invitación especial del Vaticano. Sin embargo, diputados de los partidos PRI, PAN y PRD, pidieron se investigue la manera en que Andrés Manuel López Obrador financia un viaje a El Vaticano y la procedencia de sus recursos económicos.
De acuerdo a la revista Proceso, el líder de Morena, acudió como invitado especial a la Basílica de San Pedro, en el marco de una audiencia pública con el papa Francisco. En entrevista con Roberto Antonio Velázquez Nieto, el experto en asuntos religiosos señaló que, “López Obrador no llegó ahí por voluntad propia…”
En el modelo, la metodología de una audiencia pública en la Plaza de San Pedro, es el colocarse en las mejores postas, dirían los italianos, es el colocarse del lado izquierdo o del lado derecho de la basílica. Justó ahí es donde se encontraba López Obrador”. Además, señaló que para acudir a cada audiencia generalmente hay que hacerlo por escrito, a través de un cardenal, arzobispo u obispo, incluso a través de un alto prelado de la Iglesia católica que puede estar en la Secretaría de Estado o bien a través de los diferentes dicasterios o congregaciones de la Curia Romana.
Desde luego que la molestia de los partidos políticos del “Pacto por México” no obedece ni a quién le pagó el viaje, ni si incurrió en actos adelantados de campaña o si para AMLO la parte real de la política internacional es la nacional. Su viaje a Europa fue anunciado con mucha antelación así como sus objetivos, el anuncio decìa que tenía planeado ir a varios países europeos para demostrar que “el pueblo mexicano es honesto”. Este tipo de anuncio no fue el único, las intenciones de AMLO de viajar por el mundo eran de dominio público y, para todos los que lee sus publicaciones el viaje Europa no fue una novedad. Si un partido político puede o no pagar los gastos de viaje de uno de sus afiliados es cuestión interna del partido en cuestión y del Instituto Nacional Electoral.
Al revisar la carta al papa Francisco y leer el discurso de AMLO en Paris se puede observar que ni el contenido de la misiva, ni la conferencia que impartió en Paris pueden ser considerados actos de campaña. AMLO no externó absolutamente nada que no haya dicho anteriormente en otros foros internacionales y en México. Y si se revisan los objetivos de las relaciones diplomáticas entre México y El Vaticano se puede ver que AMLO se mantuvo inequívocamente dentro de la política nacional de relaciones exteriores. Hasta el momento no existe ningún elemento negativo que se le pueda adjudicar.
El revuelo y la respuesta histriónica de algunos políticos y columnistas obedece al propio viaje y, sobre todo, al diálogo que mantuvo con el papa Francisco. AMLO se adelantó a todos en México, como lo dice el pueblo – les comió el mandado. El 14 de octubre, mientras se convocaba a un paro nacional, López Obrador le decía al papa Francisco, mire hacia México, observe lo que padece el pueblo mexicano. Como estratega político logró atraer la atención del Vaticano hacia los asuntos políticos-sociales de México y, nuevamente, los medios de comunicación mexicanos lo pusieron en primera plana. Algunos políticos parafrasean el dicho: “hablen de mí, aunque sea mal, pero hable”, creo que López Obrador arranca de sus adversarios su publicidad.
El acierto político de esta visita consiste en haber encontrado una figura de la envergadura del papa Francisco, el cual a su vez es conocedor de lo que vive México y admirado por los mexicanos, para exponer mundialmente sus objetivos y metas. Nuevamente, Andrés Manuel López Obrador le come el mandado a sus oponentes.