La tala de árboles en el DF durante el gobierno de Miguel Ángel Mancera ha conllevado a la escasez de áreas verdes.
Regeneración, 5 de mayo de 2016.- Construcciones como la Supervía Oriente, complejos habitacionales, plazas y centros comerciales, súper mercados o más recientemente la Fase 2 del Deprimido Vehicular Insurgentes Mixcoac, entre otros mega proyectos ha provocado la tala de al menos 20 mil árboles en los últimos diez años.
Miguel Valencia Mulkay, coordinador de la organización Ecomunidades, Red Ecologista de la Cuenca de México, aseguró que “Ha sido, el transporte, los desarrolladores inmobiliarios, las empresas de anuncios publicitarios exteriores y hasta los dueños de negocios, siempre son el motor de la tala”, pues les “estorban” y les tiran ácido para matarlos.
La tala de árboles para la construcción de obra, ya sea pública o privada, está permitida en la Ciudad de México, conforme a lo dispuesto en la Norma Ambiental para el Distrito Federal NADF-001-RNAT-2012.
Sin embargo, en la nueva versión con Mancera de 2013, la norma la NADF-001-RNAT-2006 ya contempló el derribo de árboles por la construcción de obra pública y privada. La tala de árboles en el DF durante el gobierno de Miguel Ángel Mancera ha conllevado a la escasez de áreas verdes. Y es que tan solo durante tres años se han derribado 10 mil 114 árboles con el objetivo de beneficiar la construcción de desarrollos inmobiliarios y obras públicas.
Para la construcción del segundo piso del Periférico Norte o Viaducto Elevado Bicentenario, la empresa OHL había solicitado el derribo de mil árboles. Sin embargo, de acuerdo con una nota de El Universal del 13 de mayo de 2013, la cifra se redujo a 580. La empresa tenía que reponer 17 mil 400 árboles, que serían usados para reforestar el Parque Nacional de Los Remedios.
En 2014, la construcción de la Autopista Urbana Sur provocó la tala de árboles en el cruce de Periférico y Viaducto Tlalpan. Vecinos dijeron que habían sido derribados al menos 150 árboles. Las autoridades no les habían informado cuándo y dónde serían repuestos.
Otro proyecto que implicará el derribo de árboles es la Autopista Urbana Oriente, que contempla la tala de mil 437 árboles; de esos, 604 están dentro de un Área Natural Protegida.
En Línea 6, respecto a la cual las autoridades habían dicho a los vecinos que sólo se talarían 650 árboles. Pero al hacer un recorrido por la zona por donde pasará la obra, que conectará el Rosario con Aragón, los vecinos contabilizaron mil 386 árboles previstos para su derribo.
Más recientemente, como parte de los trabajos de edificación del nuevo estadio de béisbol para el equipo de Diablos Rojos, en la Unidad Deportiva Magdalena Mixhuca, se han talado al menos 500 árboles desde diciembre pasado, de acuerdo con la organización civil Ecoactivistas.
El proyecto de Tren México-Toluca también llevará al derribo de mil 800 árboles, de acuerdo con el dictamen de impacto ambiental autorizado por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales y revisado por el diario Reforma.
Este es un listado de los proyectos sobre los que la Dirección General de Regulación Ambiental de la Sedema emitió resoluciones autorizando el derribo de árboles.
Se trata de 121 casos, de 2011 a abril de este 2016, entre los que figuran el Conjunto Residencial Príncipes, el Conjunto Habitacional Met-Pedregal, el Conjunto residencial Scala Lomas, el Condominio residencial Paseo de los Laureles 270, el Conjunto habitacional Enksa Azcapotzalco, el Conjunto Habitacional Vista Al Bosque, Residencial Gran Sur, el Conjunto residencial Terrazas Santa Fe, y Residencial Mozaiko Lindavista.
También están el Centro Comercial Patio San Rafael, Patio Revolución, Plaza Comercial Patio La Raza, la ampliación del centro comercial Parque Delta, City Towers Coyoacán 5, Centro Comercial Desarrollo Picacho, Centro Comercial Patio Tláhuac, Centro Comercial Terrazas Arenal y la ampliación del centro comercial Galerías Insurgentes.
Además se han autorizado derribos de árboles para la ampliación del estacionamiento de las oficinas de Banorte Tlalpan, de un proyecto de Médica Sur y de un Motel en Tláhuac, cuya superficie de construcción será de 3 mil 891.64 metros cuadrados.
Otro ejemplo reciente de ello es el caso de la Fase 2 del Deprimido Vehicular Insurgentes-Mixcoac, proyecto para el cual la Secretaría del Medio Ambiente capitalina (Sedema) autorizó la tala de 855 árboles en el camellón de Río Mixcoac.
Desde el año pasado los vecinos de las colonias aledañas a la obra habían manifestado su rechazo al derribo de árboles. La Sedema no sólo no atendió su reclamo, sino que el inicio de la tala los tomó por sorpresa el pasado 8 de marzo, al comenzar de madrugada y en domingo.
Ante las protestas vecinales que esa acción generó, la Secretaria del Medio Ambiente, Tanya Müller García, aseguró un día después que de los 855 árboles que se retirarían “el 74 por ciento tiene alguna plaga o enfermedad y el 20 por ciento son eucaliptos, que es un árbol de riesgo”.
En 2014, Miguel Ángel Mancera y Tanya Muller acordaron autorizar la construcción de este megaproyectos que podría llegar a pavimentar hasta 20 hectáreas de áreas verdes en los próximos años, se pierde en estos momentos una superficie de áreas verdes equivalente a la superficie del parque México de la colonia Hipódromo: 9 hectáreas que ya están cercadas.
Esta violencia gubernamental da continuación a un viejo proceso de eliminación de áreas verdes y privatización del espacio público en esta ciudad deportiva cuyos antecedentes son: la tala de miles de árboles en 2015, para eliminar otras 10-15 hectáreas de áreas verdes.
Mientras más áreas verdes se eliminan en la ciudad de México más policía se requiere para la “seguridad” de los grandes espectáculos (multitudes al borde del pánico) y menos conciencia ecológica y política existe en la sociedad. La contaminación del aire, el agua y los suelos es sólo un reflejo de la contaminación de las mentes, impulsada de común acuerdo por los gobernantes y los grandes empresarios. Desaparecen en México las diferencias entre políticos y grandes empresarios. La Naturaleza pondrá freno a este desquiciamiento social y político en algún momento.