A cuatro meses de terminar su periodo como gobernador, Javier Duarte dijo que no tiene fricciones o rompimientos con el partido o Peña Nieto y dijo «no deberle nada a Veracruz», sino haber entregado todo.
Regeneración, 14 de agosto de 2016.- El gobernador de Veracruz, Javier Duarte, actualmente bajo escrutinio por presuntos actos de corrupción durante su gestión, dijo que en su relación con el PRI no hay «rompimiento ni fricción».
Para el mandatario, la mejor prueba de que no existe distanciamiento entre él y Peña Nieto es su reciente visita a Veracruz tras el paso de latormenta Earl y la permanencia del secretario de Desarrollo Social (Sedesol), José Antonio Meade en la entidad.
Pese a la obvia crisis de seguridad, seguridad social y la falta de pagos a miles de jubilados, el mandatario piensa que: «más que deberle, he entregado todo, he entregado mi tiempo, mi capacidad, mi concentración; he entregado todo por velar por un mejor Veracruz».
Además, se dijo satisfecho porque cumplió con su deber.
Y sobre su relación con el PRI, aseguró que «yo soy orgullosamente militante de un instituto político, y en ese sentido seguiré apoyando a mi partido, dentro de la legalidad y dentro de la responsabilidad que tengo. Respeto y apoyo las decisiones de mi partido, y evidentemente como miembro que soy, como consejero político nacional, siempre estaré atento a cualquier directriz».
Insistió en la cercanía con el instituto político en el que milita.
«Hay coincidencia plena en todo lo que mi partido haga. Claro, siempre respetando la ley, como funcionario y representante popular que soy, como titular del Poder Ejecutivo del estado, tengo que respetar la ley y, sobre todo, ordenamientos de índole política. En ese sentido hasta donde me permite contará mi partido siempre con mi apoyo».