Amnistía internacional denunció que los Juegos Olímpicos de Río no salieron con “saldo blanco” pues la policía local demostró que no se respetaron los derechos humanos de sus ciudadanos.
Regeneración, 22 de agosto de 2016.- Los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro dejó mal parados al departamento de policía del lugar pues asesinaron a ocho personas mientras se llevaban a cabo, denunció Amnistía Internacional (AI).
En un comunicado emitido este lunes, el organismo de defensa indicó que la policía dejó pasar su oportunidad para elevar su imagen ante los ojos del mundo durante los Juegos por no respetar los derechos humanos de sus ciudadanos.
El director ejecutivo de AI en Brasil, Atila Roque, asentó que las autoridades de Río incumplieron sus promesas de implementar políticas de seguridad pública que hicieran a la ciudad más segura para sus ciudadanos y para sus visitantes.
“La única manera de componer algunas de las muchas fallas que sucedieron durante los Juegos es garantizar que todos los asesinatos y otras violaciones de derechos humanos de parte de la policía serán efectivamente investigadas y que los responsables serán llevados ante la justicia”, dijo Roque.
Operaciones policiales violentas durante los Juegos, del 5 al 21 de agosto, en varias áreas de Río, provocaron la muerte de al menos ocho personas. Esta cifra fatal, advirtió AI, podría elevarse si se confirma la información de otras favelas.
Habitantes de las favelas, zonas marginadas de Río, denunciaron igualmente otras violaciones de derechos humanos como invasiones a sus hogares, amenazas directas y agresiones físicas y verbales de la policía.
Tan solo en la primera semana de la Olimpiada, 59 tiroteos se registraron en el área metropolitana de Río, un promedio de 8.4 incidentes armados al día o más del doble de los reportados la semana anterior.
Además, las protestas tanto dentro como fuera de las arenas deportivas fueron duramente reprimidas por la policía que empleó incluso gas lacrimógeno y granadas paralizantes.
Incluso varias personas fueron detenidas durante las competencias y removidas de los estadios por mostrar pancartas con mensajes de protesta, lo que constituye una violación a la libertad de expresión.
Roque consideró que los Juegos Olímpicos finalizaron con una policía más militarizada, enfocada tanto en la represión selectiva como en el uso excesivo de la fuerza y en las operaciones estilo combate en las favelas.
“El resultado ha sido claro: un creciente número de muertes y otras violaciones de los derechos humanos de los residentes, en especial de los jóvenes negros”, enfatizó Roque.