A 95 años de la muerte de Rosa Luxemburgo

El 15 de enero de 1919, la luchadora social fue detenida por los llamados «asesinos de uniforme», quienes la interrogaron en el hotel Edén, de Berlín, donde fue tirada al suelo de un golpe y asesinada con un tiro en la cabeza, según relatos de la época.

luxemburgoRosa Luxemburgo fue una extraordinaria representante del pensamiento y la acción revolucionaria socialista en Europa. Trató con todas sus fuerzas de que se evitara la primera guerra mundial que ocasionó estragos de 1914 a 1918. Junto con Karl Liebknecht fue la más importante exponente de las posiciones internacionalistas y antimilitaristas en el partido socialdemócrata de Alemania. Fue una apasionada y convincente crítica del capitalismo y extraía de este análisis la fuerza de su acción revolucionaria. Llena de esperanzas, se congratulaba por la revolución rusa. Sin embargo, permaneció crítica y despierta como demócrata revolucionaria: en forma visionaria se opuso a la deformación estalinista de la revolución bolchevique.

 Durante toda su vida Rosa Luxemburg perteneció a las minorías discriminadas, frecuentemente perseguidas. Por un lado, esta situación se debió a su nacimiento y destino. Siendo judía, aunque no tuviera ningún vínculo con la religión, no escapó del antisemitismo. Por otro lado, fue cuestionada por su deseo de vivir con autodeterminación, contra los prejuicios que regían a las sociedades de su época.

 Ella se doctoró en una época en que muy pocas mujeres iban a la universidad, además fue políticamente activa en un momento en el que las mujeres que desempeñaban algún papel público eran cuestionadas, incluso por los partidos de izquierda. A pesar de su ciudadanía alemana, a los ojos de sus enemigos políticos siempre fue una extranjera por ser judía y polaca.

 Fue una revolucionaria de izquierda, lo que en su patria de origen, Polonia -ocupada por los rusos-, eso era un crimen punible con la muerte y en el país que adoptó como suyo, Alemania, un motivo para una persecución permanente.

 El destino de Rosa Luxemburg estuvo vinculado de modo inseparable al desarrollo del movimiento de las y los trabajadores alemanes, las luchas entre sus distintas tendencias y finalmente su escisión. Fue fundadora del Partido Comunista Alemán KPD (por sus siglas en alemán) y en su personalidad reunió de forma impresionante el compromiso político con su realización como persona. Precisamente, su concepto de libertad como “la libertad de los que piensan diferente” posee una fuerza conciliadora.

 Las advertencias y señales de atención de Rosa Luxemburg se pudieron comprobar al principio y al final del sistema estalinista y su aspiración a una justicia con libertad continúa vigente.

 Nadie puede quedar indiferente a Rosa Luxemburg, quien sin hacer concesiones y con voz poderosa defendió sus convicciones. Ella era de temperamento caluroso y apasionado, era capaz de conquistar a todos los que se le aproximaban sin prejuicios. Sin embargo, intimidaba a quienes no se sentían a su altura.

 La lucha implacable de Rosa Luxemburg contra la guerra y el radicalismo con que insistía en el vínculo entre libertad política e igualdad social no han perdido su fuerza hasta nuestros días.

 Esta mujer socialista creía que el socialismo no era un servicio a ser concebido a los otros, mucho menos un regalo ofrecido por una parte de la sociedad a los oprimidos y explotados, creía que la política socialista y el socialismo deberían emerger de un movimiento común, voluntario y consciente de todos los desprivilegiados.

 Rosa Luxemburg consideraba la sociedad socialista, por la cual luchaba, como profundamente pacífica, como una forma de vida humana en comunidad, donde todas la causas de la guerra y de la barbarie deberían ser eliminadas, su profundo deseo de paz hizo que defendiera el socialismo con toda pasión.

 Fue entonces una mujer que sembró polémica y movimiento, consideraba que la clase social no era solamente una condición social, la clase se expresaba como tal al convertirse en movimiento social. Le exigía transparencia y democracia a la izquierda y en la revolución social que ella quería alcanzar a través de una lucha constante por la hegemonía, debería ayudar a cambiar de manera duradera la correlación de fuerzas dentro de la sociedad.

Uno de sus más emblemáticos postulados es el que dice que “Libertad es siempre la libertad de aquellos que piensan diferente” y esto no por fanatismo por la justicia, sino porque todo cuanto hay de estimulante, saludable y purificante en la libertad política, depende de ese carácter esencial y deja de ser eficaz cuando la libertad se torna en privilegio.

 Información: Rosa Luxemburg Stiftung – México http://www.rosalux.org.mx/rosalux