Protección a recién descubierto observatorio astronómico de mil 400 años de antigüedad en Tehuacán límites con Altepexi y San Gabriel Chilac
Regeneración, 19 de septiembre de 2025. Autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), así como el ayuntamiento de Tehuacán se comprometieron a tomar medidas para preservar el sitio de descubrimiento de un observatorio astronómico de aproximadamente mil 400 años de antigüedad.
Dicho observatorio con figura de escorpión y bajo riesgo por lotificación ilegal de la zona.
Se indica que trabajarán en un dictamen técnico para evaluar el sitio arqueológico con el fin de establecer un polígono de conservación.
Además se indica que el sitio es en Tehuacán, cerca de los límites con Altepexi y San Gabriel Chilac.
Cabe destacar que el ayuntamiento se dijo a la espera del dictamen para proceder, en tanto identificará a propietarios de lotes.

Astronómico
El hallazgo fue revelado por la Universidad de Cambridge y en él participaron investigadores de Estados Unidos, México y Australia
Se trata de patrimonio arqueológico de la Reserva de la Biósfera Tehuacán-Cuicatlán.
Por otra parte se indica que el asunto es que a escasos centímetros del montículo se han instalado diversas mojoneras que delimitan la lotificación.
En promedio, cada lote mide aproximadamente 10 metros de largo por 15 metros de ancho. Los precios de venta de dichos terrenos oscilan entre los 55 mil y 75 mil pesos.
Según el artículo de investigadores de la Universidad de Texas, dicho hallazgo fue catalogado como una construcción sin precedentes en Mesoamérica.
Esto, por sus características únicas, ya que fue colocado de forma estratégica en las cercanías a uno de los canales de riego más importantes de la zona.
Asimismo, se indicó que el espacio era empleado con fines agrícolas.

Esto es un calendario de antiguos pobladores de la región establecer los tiempos de siembra y cosecha a partir de la entrada de los solsticios de invierno y verano.
Por otra parte, se indica que la estructura, que mide exactamente 62.5 metros de longitud, representa el primer montículo efigie con forma de escorpión documentado de manera oficial en nuestro país.
Sorprende
Y es que se trata de la narrativa del periodista local Daniel Cortés quién publicó el recuento de hechos en El Sol de Puebla.
Dice que se trata además, de un montículo colocado justo en el centro del mayor sistema de riego prehistórico conservado en Mesoamérica.
E incluso que abarca aproximadamente 100 kilómetros cuadrados de canales de irrigación que han funcionado de manera continua durante más de 4 mil años.

Así, la orientación de la estructura con forma de escorpión permitía observar exactamente los solsticios sobre puntos específicos del montículo.
A partir de ello, un calendario para organizar sus cosechas según las estaciones del año en un sitio históricamente árido.
Investigadores utilizaron drones multirotor 3D y de ala fija Skywalker equipadas con cámaras de alta resolución capaces de crear modelos tridimensionales del sitio.
Así, se determinó que la estructura mide 62.5 metros de longitud, 13.2 metros de ancho en el cuerpo principal, 22.1 metros de ancho en las pinzas frontales y 80 centímetros de altura.
El montículo fue construido con fragmentos de travertino, una roca caliza que abunda en la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán.
Dichos elementos pétreos fueron cuidadosamente colocados sobre un núcleo de tierra compactada. Esta técnica de construcción se ha documentado en otros sitios arqueológicos del valle.
Por otra parte, los investigadores señalaron que la datación del lugar se estableció a partir de análisis cerámicos exhaustivos.

Los cuales permitieron determinar que el establecimiento de la estructura ocurrió en los periodos Clásico Tardío y Posclásico.
Es decir, aproximadamente entre los años 600 y 1100 después de Cristo (d.C.).
No obstante, la evidencia demostró que el montículo fue utilizado como observatorio astronómico por varios años más.
Cerámica
Los materiales encontrados en el sitio correspondieron a cerámicas de Cholula, la Mixteca oaxaqueña y el Golfo de México.
Así, se calculó un primer sitio de observación en el extremo de la cola del escorpión.
Desde este punto se podía avistar con exactitud el amanecer del solsticio de verano sobre la punta de la garra del norte del montículo.
De esta manera, se podía marcar el momento preciso para iniciar la preparación de los campos agrícolas antes del comienzo de la temporada de lluvias.
De forma análoga, se encontró que, durante el solsticio de invierno, el atardecer ocurría a 245 grados oeste del norte.

Y, lo que permitía una línea de visión inversa desde la punta de la garra superior hacia el aguijón.
Esto determinaba el momento indicado para cosechar y prepararse para la siguiente temporada agrícola.
Además de ello, se expuso que los días previos y posteriores a cada solsticio, el sol aparecía entre las dos garras del montículo.
Esto es, proporcionaban un período de preparación, el cual permitía administrar de forma más eficiente el agua.
Según los arqueólogos, el sitio donde se encontró la efigie forma parte de un complejo más grande con al menos 12 montículos que se establecieron de forma estratégica sobre la estructura con forma de escorpión.

El resto de montículos complementan alineaciones diagonales que se orientan de forma exacta.
Estos correspondían a espacios destinados para realizar ceremonias y congregaciones comunitarias, especialmente en las estructuras más grandes.
Según establecieron los arqueólogos, en la mitología azteca, el escorpión Tlāhuizcalpantēcuhtli representaba a Venus, considerada la Estrella de la Mañana.
Así, mantenía relaciones simbólicas con Tláloc, la principal deidad de la lluvia y el agua; y con Quetzalcóatl, la Serpiente Emplumada, asociado con el viento, la fertilidad y el conocimiento.
Esta trinidad entre escorpión, Venus, Tláloc, Quetzalcóatl y agricultura reforzó la interpretación del montículo como elemento integrador de conocimiento astronómico, ritual religioso y tecnología agrícola.
Animales mágicos

Hasta la fecha se han documentado estructuras similares, pero con animales diferentes, en otras partes del país.
Por ejemplo, se han encontrado montículos con formas de serpiente y ave en Casas Grandes (Paquimé), Chihuahua, los cuales datan entre los años 1200 y 1300 d.C.
Además, se indicó que una de las estructuras más relevantes en ese sentido ha sido el montículo de culebra, en Kaminaljuyú, Guatemala, el cual fue destruido con la expansión de aquella ciudad.
Los expertos revelaron que el hallazgo mostró conexiones significativas con el sitio arqueológico de Cacaxtla, en Tlaxcala.
Y, donde se pintaron murales con figuras humanas que fueron decoradas con motivos explícitos de Venus y colas de escorpión.

Así, los investigadores propusieron que ambos elementos prehispánicos reflejaron una ideología político-religiosa durante el período Epiclásico.
Mismo, tras el colapso de Teotihuacán y la reconfiguración del poder en el centro de México.
Lo anterior estaría relacionado con la expansión del imperio Olmeca, el cual, entre otras cosas, estableció nuevos centros de poder en la región.
Por otra parte, documentaron que el sistema de canales de riego en el Valle de Tehuacán forma parte de una técnica de hace aproximadamente 4 mil años en América.
Actualmente, no todos los canales continentales mantienen su flujo de agua. No obstante, la fosilización de algunos de ellos ha permitido observar su curso original.
En el caso del canal situado en las cercanías del montículo escorpión, se extiende a lo largo de casi 40 kilómetros en el Valle de Tehuacán.
El cual se organiza en cinco segmentos principales conectados a los principales manantiales de la zona.














