Abarca y Ayotzinapa, las pistas perdidas

Por Jenaro Villamil*

La madrugada del martes 4 de noviembre fueron detenidos por la Policía Federal el ex alcalde con licencia de Iguala, José Luis Abarca, y su esposa, María de los Angeles Pineda, conocidos como “la pareja imperial” por sus excesos y su extraña fortuna en Guerrero. Se refugiaron en una casa perdida entre los callejones de la delegación Iztapalapa, la más poblada del Distrito Federal, la más insegura y la que, al parecer tiene una mayor vigilancia de fuerzas capitalinas y federales.

La detención generó todas las reacciones esperadas en la clase política: “es una gran noticia”, “ayudará a dar con el paradero de los 43 normalistas”, “el gobierno federal está cumpliendo con sus promesas”, “se combate al narcopoder”, entre otras frases hechas para vender como un triunfo lo que, a todas luces, fue una vergüenza para el gobierno federal, para el PRD, para sus protectores y cómplices.

A casi dos meses de su detención, Abarca y su esposa poco o nada han aportado a la solución del caso de los 43 normalistas. Hay más pistas perdidas que certezas en este caso y hay sospechas de un mayor número de involucrados de alto nivel que se desconocen.

Hace unos días, un cuidador de La Joya le declaró a los padres de familia y de la UPOEG que encontraron más fosas en los alrededores de Iguala, que el ex alcalde perredista conocía y visitaba los sitios donde tenían gente secuestrada y luego las fosas. El debe saber, al menos, de otros sitios con cementerios clandestinos.

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Foto: DCSI En la imagen: Jose Luis Abarca, 2013, en las instalaciones del 27 batallón de infantería, al encabezar la «Marcha por la lealtad» en Iguala, Guerrero.

Los sanguinarios y excéntricos Abarca y Pineda no estuvieron solos en su huida ni en su refugio. Nada se sabe de sus presuntos protectores ¿Cómo llegaron hasta la delegación Iztapalapa después de la fuga de Iguala, Guerrero? ¿Se camuflaron para atravesar el estado de Morelos y hospedarse en el Distrito Federal? ¿Nadie supo, nadie vio en Morelos –entidad donde opera un mando único policiaco- a la “pareja más buscada” por todas las fuerzas ministeriales, militares y policiacas? ¿Por qué hace 10 días corrió el rumor de que fue detenido en Veracruz?

¿Estuvo realmente en esa entidad?

Al parecer, Abarca y Pineda también viajaron con un maletín lleno de dinero. Suficiente para corromper y pagar favores a quienes desde alguna instancia gubernamental los ayudaron a llegar hasta el Distrito Federal. Nadie ha vuelto a mencionar este asunto.

Abarca y su esposa rentaban una casa en la delegación más poblada del Distrito Federal, gobernada también por el PRD, específicamente por el Jesús Valencia, quien estuvo cercano al ex jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, y en meses recientes se sumó a la causa de Miguel Angel Mancera. En esta misma delegación también están desplegados los operativos federales de seguridad.

Hasta ahora, lo que sabemos son piezas sueltas sobre el poder sanguinario de Abarca y sus padrinos políticos.

Antes de pedir licencia y de huir de Iguala se reunió en la Ciudad de México con Jesús Zambrano, ex dirigente nacional del PRD, perteneciente a la corriente Nueva Izquierda. Zambrano ha admitido este encuentro y señala que no fue para protegerlo sino para obligarlo a entregarse a las autoridades.

Difícil entender que tres días después de la tragedia que ya era una noticia nacional, Zambrano se reuniera tan tranquilo con el mismo alcalde que había sido acusado por René Bejarano, dirigente de la corriente Izquierda Democrática Nacional (IDN) de los asesinatos de otros militantes perredistas como Arturo Hernández Cardona, Rafael Banderas y otros.

Por supuesto, Abarca no le hizo caso al consejo de Zambrano. Mientras el nuevo dirigente del PRD nacional, Carlos Navarrete, también de la corriente de los Chuchos, pedía “perdón” al pueblo de Guerrero por escoger narcoalcaldes, Abarca huyó con su esposa, emparentada con los Beltrán Leyva, presuntos jefes del cártel de los Guerreros Unidos que opera en Iguala y otros municipios colindantes de Morelos y el Estado de México. Este cártel estaría enfrentado con Los Rojos.

Los Guerreros Unidos y Los Rojos también operan en el estado de Morelos, gobernado por Graco Ramírez, otro político perredista perteneciente a la corriente de Los Chuchos. Un día antes de que se conociera la detención de Abarca, órganos de inteligencia del gobierno federal y de Morelos filtraron a la prensa local que 7 diputados locales están relacionados con el crimen organizado o con actos de corrupción.

Hasta ahora, no sabemos dónde está el jefe de la policía municipal de Iguala, Felipe Flores Velázquez, cómplice de Abarca en los hechos que desembocaron en la muerte de 6 jóvenes y el secuestro de los 43 normalistas. El es, hasta ahora, la principal pista perdida.

Fuente: Homozapping