Alimentarse mal es peor que fumar: ONU

“Las dietas poco saludables son un riesgo mayor para la salud mundial que el tabaco”, afirmó Olivier de Schutter, relator especial de Naciones Unidas para la Alimentación.

Insistió en la necesidad implementar dietas adecuadas como  “de la misma manera que el mundo se ha unido para regular los riesgos del tabaco».

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Los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indicaron que la obesidad es responsable de 3.4 millones de muertes al año, y que hay 1,400 millones de personas con sobrepeso.

Urgió la necesidad de regular los alimentos con alto contenido de grasas saturadas, azúcar y sal; limitar la publicidad de la comida basura; replantearse ciertos subsidios agrícolas que abaratan algunos productos y no otros y apoyar a los productores locales para que los consumidores tengan acceso a productos sanos, frescos y nutritivos.

“Los gobiernos han puesto el foco en aumentar la cantidad de calorías disponibles, pero muy a menudo han sido indiferentes acerca de qué tipo de calorías ofrecen, a qué precio, para quién son accesibles y cómo se comercializan”, mencionó Schutter.

José López Miranda, experto del Centro de Investigación Biomédica en Red para la Obesidad y la Nutrición (Ciberobn), afirmó que el problema de la obesidad “es mucho mayor que el del tabaco”. “Casi la mitad de la población de los países desarrollados tiene obesidad o sobrepeso y, mientras el tabaquismo está en descenso, los problemas asociados a una mala dieta van en aumento”, dice.

La directora general de la OMS, Margaret Chan, abundó en esta situación ayer durante la inauguración de la Asamblea Mundial de la Salud. “Parte del mundo está literalmente comiendo hasta morir”, dijo. “No vemos ninguna prueba de que la prevalencia de la obesidad esté disminuyendo en ningún sitio. Los alimentos muy elaborados y las bebidas cargadas con azúcar son ubicuas, populares y baratas”.

Tampoco hay unanimidad sobre las medidas propuestas por Schutter. Por ejemplo, Dinamarca y Hungría plantearon en 2011 imponer una tasa sobre las grasas saturadas, pero los daneses la retiraron dos años más tarde. También Dinamarca, Noruega, Australia y Finlandia han planteado un impuesto sobre las bebidas azucaradas, lo mismo que Italia y Francia. En EE UU, el exalcalde de Nueva York Michael Bloomberg abanderó la prohibición de las bebidas supergrandes, pero no la sacó adelante.

Información: El país