El presidente municipal de Ixtapaluca, Carlos Enríquez Santos y la diputada Maricela Serrano, ambos de Antorcha Campesina, iniciaron de manera ilegal la construcción de un parque en el cerro El Elefante, donde han vestigios arqueológicos.
Por Verónica García.
Regeneración, 30 de enero de 2018. Ixtapaluca, Edo. de México.- Sin los permisos necesarios en materia ambiental, la diputada federal Maricela Serrano y el presidente municipal de Ixtapaluca, Carlos Enríquez Santos, iniciaron de manera ilegal la construcción de un parque ecoturístico en la cima del Cerro el Elefante, del pueblo de Tlapacoya, despojando a la población de su patrimonio natural y cultural, denunció José Tapia, del Comité en Defensa del Cerro El Elefante.
Precisó que dicho cerro no solo tiene vocación ambientalista, sino que también reúne un patrimonio cultural trascendental, pues en él se hallan dos sitios arqueológicos (uno en las faldas y otro en la cima), y se han encontrado vestigios arqueológicos y antropológicos que nos hablan de una ocupación humana en Tlapacoya de más de 22 mil años.
El INAH del Estado de México, contraviniendo leyes y ordenamientos en la materia, aprobó el proyecto de construcción del parque “ecoturístico” en el Cerro El Elefante, según de “menor impacto”, que está afectando directamente el sitio arqueológico, pues en sus límites han excavado pozos y se ha colocado una barda de piedra para hacer una pista para cuatrimotos. Tapia denunció que se ha recurrido a incendiar la vegentación del cerro para para facilitar las obras.
En entrevista, José Tapia denunció que con la aprobación de esta obra, las partes involucradas como el INAH y la diputada Maricela Serrano, violan o incumplen los artículos 27, 28, 32, 44 y 52 de la Ley Federal de Monumentos Arqueológicos, Artísticos e Históricos y 42, 43 y 52 de su Reglamento, y los artículos 1, 3, 6, 7, 8, 30, 64, 66 y 67 de la Ley General de Bienes Nacionales.
Detalló que desde febrero del año pasado se inició la obra en la cima del cerro con la colocación de una escultura de lámina, de 29 m de alto por 25 de ancho, que fue suspendida temporalmente en mayo por el Centro INAH Estado de México, pero ahora resulta que esta institución aprobó el proyecto que se reanudó en la primera semana de enero de 2018.
Dijo que en una reunión en marzo de 2017 con vecinos de Tlapacoya que manifestaron su desacuerdo por la obra, ya que no es necesaria y conlleva una notable afectación ambiental y al patrimonio cultural, la diputada Maricela Serrano prácticamente había anunciado el despojo del que sería objeto la población al sostener que quien se dijera propietario del cerro lo demostrara y que, en todo caso, tendría que iniciar un juicio para pelearlo porque la obra de todas maneras se realizaría.
José Tapia cuestionó cómo una autoridad federal –Centro INAH Edomex.– puede autorizar a una persona física o moral que disponga de un bien nacional, en este caso el Cerro El Elefante que, al albergar sitios arqueológicos, es de hecho un bien inmueble de la nación. La ambición por poseer más tierra para la gente de Antorcha no debe ser la norma para que las autoridades federales validen este tipo de proyectos, añadió.
Comentó que el proyecto del parque ecoturístico en el Cerro El Elefante no cuenta con Manifestación de Impacto Ambiental ni con la autorización del cambio de uso de suelo en terreno forestal, ni mucho menos cumple con todas normas exigidas en materia ecológica.
Precisó que para realizar la obra en el cerro, que es un bien inmueble de la nación y de uso común, el gobierno municipal debió hacer entre la comunidad de Tlapacoya una consulta previa, libre e informada, sin embargo, pretende llevarla a cabo de manera arbitraria sin importarle ocasionar un desequilibrio ecológico, acelerando la extinción de especies animales y vegetales silvestres.
José Tapia, quien es nativo de Tlapacoya, recalcó que el cerro es el único en la región oriente del estado que se mantiene como espacio verde y que una de sus funciones vitales es la recarga de los mantos acuíferos que abastecen tanto al pueblo de Tlapacoya como a otras comunidades. Hasta ahora, añadió, han tapado las cañada y barranca para hacer un lago artificial –contemplado en el proyecto– con lo que estarían impidiendo la filtración del agua de lluvia al subsuelo. Qué decir del ecocidio que están causando con los incendios que provocan para facilitar las obras, sin importar la aniquilación de diferentes especies de animales y plantas.
En pocas palabras, dijo, el gobierno municipal cada vez le abona más al cambio climático, no le basta con el efecto invernadero producido por los altos índices de contaminación, sino que quiere poner su granito de arena contribuyendo a poner en peligro el agua, suelo y aire del pueblo de Tlapacoya, su cerro, y su entorno.
Mencionó que es el Comisariado Ejidal de Tlapacoya el que está entregando el cerro, porque arguye que tiene el resguardo del mismo, sin embargo, la Reforma Agraria con sede en Texcoco ha reconocido que el cerro no es de carácter agrario, porque no está comprendido dentro de las tierras agrarias del ejido de Tlapacoya, según la carpeta básica referente a la dotación de tierras de que fue objeto el pueblo en el año de 1922.
José Tapia concluye que el daño ambiental que ocasionará esta obra, más que a una persona concreta, concierne a toda la sociedad, y demanda el cumplimiento de los preceptos constitucionales y de las leyes que nos rigen en materia ambiental y arqueológica, para la preservación, conservación y mejoramiento del patrimonio cultural contenido en el Cerro El Elefante, de Tlapacoya.