Por Jenaro Villamil | Homozapping
Regeneración, 22 de marzo de 2015.- La periodista Carmen Aristegui no duda en torno a ciertos puntos en su reciente ruptura con Grupo MVS: que “todos los caminos conducen a la Casa Blanca” y que “provino de la presidencia de la República” la petición a la familia Vargas para que el reportaje sobre la propiedad de esta mansión en las Lomas de Chapultepec no se difundiera en el espacio informativo de la primera emisión de Noticias MVS, el 9 de noviembre de 2014.
“El reportaje original no salió en MVS. Los periodistas en ese momento nos enfrentamos a un dilema y lo resolvimos. El dilema era mantener el espacio en la estación radiofónica y, a la vez, difundir ese reportaje. No aceptamos la censura, no aceptamos que no saliera a la luz pública”, afirmó en entrevista con Proceso.
-¿Hubo un amago de censura por parte de los Vargas?
-Hubo una petición para que ese trabajo no se difundiera en MVS. Hubo una situación muy tensa y compleja entre nosotros. No en un tono impositivo o imperativo sino en un tono de ‘búsqueda de comprensión’ de mi parte.
“Se colocó, efectivamente, el dilema de que si se transmitía esa información en Noticias MVS se daba por sentado que el programa desaparecía”, rememoró Aristegui.
Esta petición se hizo días antes que se difundiera ese reportaje de manera simultánea en el portal de internet Aristegui Noticias, en la edición No. 1984 de la revista Proceso, en La Jornada y en varios medios internacionales. Días antes de la publicación de ese reportaje, el gobierno federal canceló de manera sorpresiva la licitación del tren rápido México-Querétaro.
En el grupo ganador de esa licitación estaba Grupo Higa, de Juan Armando Hinojosa Cantú, amigo del primer mandatario y el mismo empresario que detentaba la propiedad original de la residencia de Sierra Gorda 150, a través de su filial Ingeniería Inmobiliaria del Centro.
-¿La petición de censura fue entre líneas?
-No tan entre líneas. Como periodistas analizamos y aquilatamos lo que significaría poder transmitirlo con mucha amplitud en otros lados, cumplir con nuestro cometido y no aceptar la censura. La censura hubiera implicado guardar el reportaje. Y no lo guardamos. La censura hubiera sido olvidarnos del tema y no lo hicimos.
“Teníamos el dilema fundamental para nosotros de perder un espacio valioso y decidimos hacerlo de esta manera. A través del sitio de internet. Y no nos equivocamos. Porque el reportaje se conoció y difundió ampliamente.
“La historia detrás de esa solicitud para que no se transmitiera en Noticias MVS es una historia que los Vargas deberían contar. Quién y cómo les pidió que ese reportaje no saliera en nuestra emisión”, reiteró Aristegui.
Aristegui admitió que desde la difusión del reportaje de la Casa Blanca ella no volvió a tener interlocución con Joaquín Vargas, presidente de Grupo MVS. Con Alejandro Vargas, director de MVS Radio, la periodista aclaró que tuvo un diálogo para renovar efectivamente su contrato en diciembre del año pasado. En este contrato, alegó, se mantuvieron las cláusulas de independencia editorial y el código de ética que “violan abiertamente los lineamientos” que MVS dio a conocer el pasado 13 de marzo.
“No es el primer capítulo donde tras mi salida de MVS, Joaquín Vargas tuvo que admitir que recibió presiones de la presidencia de la República”, recordó Aristegui. “Este empresario ya sabe de lo que se trata cuando hay presiones desde el gobierno”, afirmó.
En agosto de 2012, en el ocaso del sexenio de Felipe Calderón y tras la decisión de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes de “rescatar” el espectro de la banda 2.5 Ghz, Joaquín Vargas decidió romper el pacto de silencio entre concesionarios y gobierno y reveló las advertencias y presiones que recibió por parte de Dionisio Pérez Jácome, titular de la SCT, y de Javier Lozano, secretario del Trabajo calderonista.
“Hemos encontrado que tu proyecto de la 2.5Ghz tiene méritos propios, pero si recontrata a la periodista (Carmen Aristegui), a tu proyecto se lo lleva la chingada y te olvidas de este gobierno hasta el último día”, decía un mensaje de texto vía telefónica de Javier Lozano que el propio Vargas dio a conocer en agosto de 2012. El mensaje fue enviado originalmente el 13 de febrero de 2011, cuando Aristegui dejó de transmitir en represalia por haber preguntado al aire si Felipe Calderón tenía o no “un problema de alcoholismo” (ver Proceso, No. 1868).
-¿Qué obtuvieron a cambio los Vargas después de esta ruptura? –se le cuestiona.
-No lo sé. Muchos han escrito sobre eso. Es una pregunta válida.
-¿Por qué es válida esa pregunta?
-Porque una conducta como ésta no puedo imaginarla como espontánea. Cualquiera con sentido común se imagina que al hacer lo que hicieron iba a haber una reacción importante de las audiencias. El cálculo que habrán hecho y asumir el costo de la decisión no lo veo sólo en el territorio de los Vargas.
“El pretexto que ellos dan es bastante menor como para justificar una andanada del tamaño que lo hicieron. El tema de Mexileaks y la participación de nuestros reporteros de la primera edición se puede discutir, pero es un tema que no se equipara a la andanada. Buscaron deliberadamente un enfrentamiento entre ellos y yo. Creo que eso es parte de lo que se deja explícito en la maquinación que quedó demostrada en los últimos días”.
-Mencionas que no lo ves sólo en el territorio de los Vargas. ¿En qué terreno lo ves? ¿En el del gobierno?
-Tenemos derecho a la suspicacia. Si bien no tenemos un documento que lo ampare, uno tiene que revisar qué es lo que está pasando en el entorno de esta familia y de esta empresa.
-¿Pudieron influir otros grupos de poder? ¿El ex presidente Carlos Salinas?
-No lo veo. No tengo información o conexión que nos permitan pensar eso. Sé que es un personaje que maquina, pero no sé si está relacionado a esto.
-La Secretaría de Gobernación emitió un comunicado para abogar por una conciliación y afirmar que se trataba de un “conflicto entre particulares”. ¿Te indica que hubo una intervención del gobierno?
-Algunos dicen que, a confesión de parte, relevo de pruebas. Este es un signo de que el asunto no es sólo entre particulares por el sólo hecho de que haya intervenido Gobernación. Llama la atención que haya emitido un comunicado tardío si nos atenemos a la andanada que había comenzado antes.
-¿Fueron los Vargas quienes te contaron que la petición vino del gobierno?
-No. Yo no sé quién se los pidió ni cómo. Sólo sé que tuvo que ser de muy alto nivel. No tengo el nombre ni el apellido, pero evidentemente se solicitó que ese reportaje no saliera en Noticias MVS y no salió. Y nosotros como periodistas buscamos los canales de difusión para que esa historia se conociera.
“Tampoco tengo la menor duda de que esa petición de la Casa Blanca vino de la Presidencia. No sé exactamente cómo fueron las cosas ni quién. Eso lo tendrán que decir los Vargas”, remató.