Cientos de pobladores de la comunidad de Tuxtla rechazaron la construcción de la hidroeléctrica GESA sobre el río San Antonio. En la asamblea de esa comunidad del municipio de Zapotitlán, Puebla, se denunció la violación a los derechos humanos e indígenas por parte de la empresa y se acordó rechazar la consulta, “ya se les pasó el tiempo”, dijeron.
Leticia Ánimas
Regeneración, 22 de octubre de 2016. Zapotitlán de Méndez, Puebla.- Rechazar la realización de una consulta indígena “porque ya se les pasó el tiempo” y denunciar las violaciones a los derechos humanos e indígenas que ha cometido la empresa Generadora de Energía San Antonio (GESA), resolvieron en una multitudinaria asamblea comunitaria los pobladores de Tuxtla, en Zapotitlán de Méndez.
Tras la incursión de personal de la empresa para realizar perforaciones en el punto en que convergen los municipios de Zapotitlán y Xochitlán e iniciar la construcción de la hidroeléctrica San Antonio, habitantes de una de las comunidades que resultará más afectada por el proyecto convocaron a una reunión para definir las acciones para la defensa de su territorio.
Los empleados de la generadora de energía, se informó a los asistentes, entraron “armados y sin permiso” al punto conocido como Atemonamiqui: donde se encuentran las aguas de los ríos Zempoala y Ateno. Como es un lugar de muy difícil acceso, porque no hay brechas para llegar, presumieron que bajaron cargando la maquinaria con la empezaron a perforar las rocas. Pero también se dice que usaron un helicóptero para llevarla hasta ahí.
El sitio es un cañón del Zempoala dentro del Región Terrestre Prioritaria 105, según la Comisión Nacional de la Biodiversidad (Conabio), donde hay flora y fauna endémica y en peligro de extinción “es un ecosistema único”, se les informó.
Aunque ya lo saben se les recordó que en este lugar hay árboles frutales: mango, chirimoyas, zapote negro, zapote mamey, olopio, plátano, higueras, naranjas, limas, vainilla, árboles maderables de cedro, caobas y pinos. Entre los animales hay ocelote, tucán, loros, pericos, aguilillas, grandes serpientes, tepeixcuntle o tuza real, tejones, mapaches, tlacuaches, armadillos, jilgueros, pájaros carpinteros, clarines, papán real, temazates, y entre la fauna acuática tienen trucha plateada, pez bobo, guabina, acamaya, cozoles (camarón gigante) y había burritos, porque ya se “extinguieron”.
Advirtieron que esa riqueza, además de su cultura y su vida comunitaria “porque llegarán a dividirnos diciendo que ya la dieron dinero a fulano o a sutano” están en riesgo de concretarse el proyecto que pretende instalar GESA en los municipios de Xochitlán de Vicente Suárez, Atlequizayan, Nauzontla, Zapotitlán de Méndez y Zoquiapan.
“Para aquellos que pensaron que la minería, las hidroeléctricas o el fracking no nos tocarían pues vean que equivocados estaban. Hace dos semanas que la empresa GESA se encuentra haciendo perforaciones en terreno de Xochitlán, sin que nadie denunciara. Hasta que llegamos ayer a investigar que pasaba, pero sobre todo a frenar el daño ecológico”.
Se quejaron de que la empresa no les dio información previamente y aunque dice que tiene licencias de la Semarnat, además de estar vencidas estaban condicionadas a la realización de una consulta por ser un territorio habitado por indígenas nahuas y totonakus, pero no las realizó en el momento que debía.
“Han violado nuestros derechos a la información, a la consulta, a la salud, al agua, a disfrutar de un medio ambiente sano y por eso acordamos presentar una denuncia contra la empresa”, expresaron.