El descubrimiento, publicado en Nature por un grupo de investigadores de la Universidad de Tennessee
Será en 2880 y podría acabar con la vida en todo el planeta. Sin embargo, los investigadores prevén encontrar una solución en el tiempo que resta gracias a los avances de la ciencia
17 de agosto, 2014.-El 16 de marzo de 2880 es la fecha estimada por los científicos para la coalición del enorme asteroide 1950 DA con la Tierra. Las consecuencias, de seguir la ruta y el estado en el que se encuentra en la actualidad, serían de tal magnitud que amenaza con destruir la vida en el planeta.
El descubrimiento, publicado en Nature por un grupo de investigadores de la Universidad de Tennessee (UT), Estados Unidos, causó gran alarma en la comunidad científica. Según los cálculos originales, existía una probabilidad de coalición de 1 en 300, pero nuevos análisis desestimaron tal cifra y aseguran que ahora el riesgo ha disminuido a 1 en 4.000, según datos publicados en la revista científica.
De todas maneras, el asteroide gira sobre sí mismo a una velocidad “más rápida de la permitida por la gravedad y la fricción”, lo que lo convierte en un gran peligro y un desafío para la ciencia que confía en encontrar una solución a tiempo, dados los avances tecnológicos que podrían desarrollarse en estos años.
La investigación, liderada por el profesor Ben Rozitis, indica que hay que evitar cualquier tipo de contacto directo con el asteroide y buscar otro tipo de estrategias para desviar su trayectoria o destruirlo.
También existe la probabilidad de que, dado que viaja a 15 kilómetros por segundo, se rompa en pedazos antes de llegar a la Tierra. De no ocurrir, su ruta tiene como destino de impacto el Océano Atlántico, un impacto que equivale a una explosión de 44.800 megatones de dinamita.
El asteroide 1950 DA fue visto por primera vez en 1950, motivo que dio origen a su nombre, y desde entonces desapareció hasta la década del 2000. Quedan cientos de años por delante para el presunto impacto y quizá se pueda evitar, por lo que en lo inmediato, no hay de qué preocuparse.