Ayer me mataron

En este sentido texto, la autora reflexiona sobre el inaceptable asesinato de dos viajeras argentinas en Ecuador y el machismo que propició la muerte de ambas.

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Regeneración 03 de marzo del 2016.- Los cuerpos de Marina Menegazzo (21 años) y María José Coni (22) fueron encontrados la semana pasada en Montañita, Ecuador, donde habían hecho una parada como parte de un viaje por el continente.

Este martes, el juez que investiga la causa decretó prisión preventiva para los dos detenidos hasta ahora por los hechos, uno de los cuales ha confesado el crimen.

Las reacciones de mujeres en todo el continente no se hicieron esparar. Ayer, Guadalupe Acosta, estudiante de comunicación paraguaya, escribió sobre el hecho y los porqués, su texto se ha vuelto viral.

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Ayer me mataron.

Me negué a que me tocaran y con un palo me reventaron el cráneo. Me metieron una cuchillada y dejaron que muera desangrada.

Cual desperdicio me metieron a una bolsa de polietileno negro, enrollada con cinta de embalar y fui arrojada a una playa, donde horas más tarde me encontraron. Pero peor que la muerte, fue la humillación que vino después.

Desde el momento que tuvieron mi cuerpo inerte nadie se preguntó donde estaba el hijo de puta que acabó con mis sueños, mis esperanzas, mi vida.

No, más bien empezaron a hacerme preguntas inútiles. A mí ¿Se imaginan? Una muerta que no puede hablar, que no puede defenderse.

¿Qué ropa tenías?

¿Por qué andabas sola?

¿Cómo una mujer va a viajar sin compañía?

Te metiste en un barrio peligroso, ¿Qué esperabas?

Cuestionaron a mis padres, por darme alas, por dejar que sea independiente, como cualquier ser humano. Les dijeron que seguro andábamos drogadas y lo buscamos, que algo hicimos, que ellos deberían habernos tenido vigiladas.

Y sólo muerta entendí que no, que para el mundo yo no soy igual a un hombre. Que morir fue mi culpa, que siempre lo va a ser. Mientras que si el titular rezara “fueron muertos dos jóvenes viajeros”, la gente estaría comentando sus condolencias y con su falso e hipócrita discurso de doble moral pedirían pena mayor para los asesinos.

Pero al ser mujer, se minimiza. Se vuelve menos grave, porque claro, yo me lo busqué. Haciendo lo que yo quería encontré mi merecido por no ser sumisa, por no querer quedarme en mi casa, por invertir mi propio dinero en mis sueños. Por eso y mucho más, me condenaron.

Y me apené, porque yo ya no estoy acá. Pero tú sí estás. Y eres mujer. Y tienes que bancarte que te sigan restregando el mismo discurso de «hacerte respetar», de que es tu culpa que te griten que te quieran tocar/lamer/ chupar alguno de tus genitales en la calle por llevar un short con 40 grados de calor, de que si viajas sola eres una «loca» y muy seguramente si te paso algo, si pisotearon tus derechos, te lo buscaste.

Te pido que por mí y por todas las mujeres a quienes nos callaron, nos silenciaron, nos cagaron la vida y los sueños, levantes la voz. Vamos a pelear, yo a tu lado, en espíritu, y te prometo que un día vamos a ser tantas, que no existirán la cantidad de bolsas suficientes para callarnos a todas.

Vía Facebook.