En entrevista para Regeneración, Miguel Barbosa habla de su estrategia contra el fraude en la elección a gobernador. Cuenta cómo fue el proceso electoral, en el que 16 personas fueron asesinadas, y cómo logrará revertir los resultados
Por Blanca Juárez, especial para Regeneración
Regeneración, 28 de agosto de 2018. Hace casi dos meses que fueron las elecciones en Puebla. Pero Luis Miguel Barbosa Huerta está seguro de que en enero o febrero habrá otras. Unas en las que “volveré a ganar la gubernatura del estado”, afirma con el índice apuntando al techo. “Voy a barrer con Martha Erika Alonso”, la candidata declarada ganadora.
Barbosa Huerta ha solicitado la nulidad de la elección del 1 de julio. Según sus cálculos, el Tribunal Electoral del Estado de Puebla (TEEP) rechazará su petición, entonces acudirá al tribunal federal. Ahí le darán la razón, repetirán los comicios y, a principios de 2019, triunfará “otra vez”.
El aspirante a la gubernatura por la coalición Juntos Haremos Historia, concede una entrevista para Regeneración en sus oficinas de la colonia Condensa, en la Ciudad de México. A veces sereno, a veces airado, relata el asedio en las campañas, la violencia el día de los comicios y el “robo de la elección”.
Compatible con Andrés Manuel
Como en el resto del país, la figura de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), presidente electo de México, permitió que los candidatos de la alianza de Morena y PT, con el derechista PES, hicieran campaña “en condiciones de privilegio”, admite Barbosa Huerta.
Quienes han luchado desde la izquierda conocen “la aridez” en que se hacían las campañas hace varios años, cuenta. Pero esta vez, por AMLO, “todo estaba a flor de tierra, tocabas puertas y te recibían”.
En ese escenario de privilegio, los candidatos debían hacer que “su estilo, su discurso, su perfil, fuera compatible al de López Obrador”. Con esa estrategia, “aspiraríamos a tener una candidatura fuerte. Si no, simplemente no entendíamos de qué se trataba”.
Luis Miguel Barbosa asegura que “las opiniones diferentes” que alguna vez tuvo con AMLO no hizo que la gente le perdiera confianza. Tampoco su pasado en la corriente Nueva Izquierda del PRD, conocida como la de “Los Chuchos”, liderada por Jesús Ortega y Jesús Zambrano, opositores al tabasqueño.
“Mi estilo de hacer política, mi discurso, es muy compatible con el de López Obrador”, reitera.
El suprapoder y la elección de Estado
A pesar del respaldo de AMLO, las cosas en Puebla no marcharon fáciles. En esa entidad “hay un suprapoder: Rafael Moreno Valle”, sostiene Barbosa. El Poder Ejecutivo, a cargo de Antonio Gali Fayad, “está sometido a Moreno Valle. El Poder Legislativo, no está sometido al Poder Ejecutivo, sino a ese suprapoder, y lo mismo con el Poder Judicial”.
Moreno Valle gobernó el estado de 2011 a 2017. Y ahora su esposa, Martha Erika Alonso, quien no ha sido funcionaria ni ha ocupado un cargo de elección, se convirtió en la candidata a la gubernatura por la coalición Por Puebla al Frente (PAN, PRD, MC).
No obstante las irregularidades, fue declarada ganadora de la contienda por el Instituto Electoral del Estado.
“Nos enfrentamos a una elección de Estado”, afirma Barbosa. El poder político, el dinero de programas sociales, la operación de funcionarios, la prensa controlada, “todo lo que se podía mover desde la autoridad era en favor de los candidatos de esa coalición”. En particular, de Martha Erika Alonso, precisa.
En Puebla “la política se hace con miedo”, confiesa. Tan solo en las campañas fueron asesinadas 11 personas y cinco más el día de la elección.
–¿Su seguridad ha sido o la ha sentido vulnerada?
–No he querido darle importancia a eso, pero lo enfrento de manera muy directa. Es el papel que me tocó jugar. Imagínese que no tuviera el valor de denunciar los problemas que existen. Mejor me hago a un lado. Pero eso no implica que no tenga preocupación sobre este asunto de la vinculación del crimen organizado con las autoridades.
Patrocinados por el huachicol
Los huachicoleros (ladrones de combustible), que pertenecen al crimen organizado y que han sido fomentados por los gobiernos de Moreno Valle y Gali Fayad, asegura Barbosa, “patrocinaron las campañas” y apoyaron a Martha Erika Alonso.
La Sierra norte del estado, así como los municipios de Huauchinango, Ciudad Serdán, y más al sur: Tecamachalco y San Martín Texmelucan, “están controlados por bandas de huachicoleros”. Como ejemplo menciona el caso de la familia Valencia en la localidad norteña de Venustiano Carranza.
Rafael Valencia, alcalde de Venustiano Carranza fue el coordinador de campaña en el distrito 01 de Martha Erika. El 7 de agosto la esposa del edil, Ilse Lucía Bernabé, fue detenida y acusada de robo de combustible, portación de armas de fuego, cartuchos y cargadores de uso exclusivo del Ejército. Dos días después salió libre al pagar una fianza.
Jorge Valencia, hermano de Rafael, fue antes presidente municipal de Venustiano Carranza. Patricia Valencia fue candidata a diputada federal en estas pasadas elecciones y perdió, enfatiza Barbosa. Y Rafael, remata, “es compadre de José Antonio Gali López, hijo del gobernador”.
La amenaza de los huachicoleros, vinculados a otros crímenes, no es solo para la población, “sino para quienes hacemos política. Estas personas están solapadas por las autoridades”.
La química del fraude
El día de las elecciones, el domingo 1 de julio, varias empresas encuestadoras informaban “que yo llevaba tres puntos arriba” de Martha Erika, su más cercana competidora. Eran apenas las 10 de la mañana, indica Barbosa. Para las 11 a.m. eran siete puntos.
A medio día la ventaja era de 10 puntos porcentuales y a la 1 de la tarde subía a 15, asegura. “Me dijeron que la tendencia era irreversible, había yo ganado. Y a esa hora se desató la violencia en muchas partes del estado, como nunca se había visto”.
Camionetas de pandilleros disparando en las calles, robándose urnas, asuntando a la gente para que no votara, para disolver las filas, narra el experredista. “La gente se tiraba al piso (para resguardarse de los tiroteos), se paraba, se volvía a formar y pedía votar”, dice.
Las urnas hurtadas eran llevadas a “un laboratorio, donde se abrían, sustituían las actas para que la votación concordara con la que tenían prevista para dicha casilla y así, finalmente, tener un resultado que le diera 4 puntos de ventaja a Martha Erika”. La manipulación de las actas fue solo para la elección de gobernador, enfatiza.
El martes 3 de julio, recuerda, “encontramos otro laboratorio en el hotel MM”, en la capital poblana. “Estaban llenando boletas”. Mientras eso sucedía, el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), funcionaba como distractor, pues “estuvo alimentado por actas de casillas que aún no habían cerrado”.
La estrategia para “volver a ganar”
Aunque el Instituto Electoral del Estado avaló el triunfo de Martha Erika Alonso y la declaró gobernadora electa, Luis Miguel Barbosa confía en que la impugnación cambiará ese resultado.
Su equipo pidió la nulidad de la elección y repetir los comicios. Los argumentos son: pérdida del principio de certeza en los resultados, “ni abriendo todas las urnas se pueden contar porque está todo manipulado”. La cadena de custodia del material electoral quedó afectada y la violencia generalizada dañó todo el proceso.
La solicitud la resolverá el Tribunal Electoral del Estado de Puebla (TEEP), pero no espera justicia ahí. Si Moreno Valle y su esposa Martha Erika pudieron armar un fraude es porque cuentan con el apoyo de las autoridades electorales estatales, apunta el político.
Cuando desechen el caso, como espera, impugnarán ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF). Barbosa ya hizo cuentas: esa instancia declarará la nulidad de la elección a finales de octubre o noviembre. Antonio Gali deja la gubernatura el 15 de diciembre, así que el Congreso, de mayoría morenista, elegirá un mandatario interino.
Los nuevos comicios serán por ahí de enero o febrero. Y “le voy a ganar a Martha Erika por mucha más ventaja que en julio, porque el rechazo ahora no es solamente porque es esposa de Moreno Valle, sino porque es una delincuente electoral”.
La impugnación que tienen armada es contundente, señala. “No fuimos de los que pensamos que la defensa en la calle nos iba a ayudar en los tribunales”. Más adelante aclara: “estamos recorriendo el estado, a las reuniones que convocamos llegan miles”.
El pasado 12 de julio se llevó a cabo una marcha que él encabezó. La presidenta de Morena, Yeidckol Polevnsky, caminó junto a él. “Andrés Manuel está con todo el respaldo para Miguel Barbosa”, dijo la dirigente ante miles de personas.
“No soy un principiante”
El caso de Puebla ha sido único en México. No sucedió, por ejemplo, en Veracruz, “donde se esperaría”, pues en las pasadas elecciones ganó el panista Miguel Ángel Yunes Linares con irregularidades. Y ahora su hijo, Miguel Ángel Yunes Márquez, fue el candidato de ese partido para sucederlo, y también es un estado con fuerte presencia del crimen organizado.
Eso es porque Yunes Linares “resultó un niño de pecho en comparación con Rafel Moreno Valle”, suelta Barbosa. El veracruzano no se atrevió a hacer lo que hizo el poblano, “así de sencillo. El tema de Puebla es un escándalo nacional e internacional”, considera.
“¿En qué lugar del país pasó eso?”, cuestiona y enumera: excesos en topes de gastos de campaña, injerencia acreditada del gobierno del estado a favor de Martha Erika y la manipulación absoluta de la prensa en favor de ella.
“Es de porquería la prensa. Todos los días me pegaban y no me quitaron ni un voto”. Pero advierte: “No soy un principiante, sé defenderme de la prensa” o de quien sea necesario, apunta enérgico.