En las elecciones primarias de los demócratas en EU de esta semana el senador Bernie Sanders ganó en los estado de Idaho y Utah, en tanto que Hillary Clinton ganó en Arizona. En el reparto de delegados el Sanders ganó más delegados que la ex secretaria de Estado. Por su parte, del lado republicano, el empresario Donald Trump arrasó e Arizona pero en Utah ganaría Ted Cruz, lo que le da aire para continuar en la contienda.
Regeneración, 23 de marzo de 2016. A pesar de que Hillary Clinton tiene ventaja en el número de delegados en las primarias demócratas y de su triunfo en Arizona, el senador Bernie Sanders ganó en Idaho y en Utah, lo que le permite continuar en la disputa por la nominación presidencial del Partido Demócrata.
Clinton se impuso con 58% en Arizona, frente al 39% de Sanders, pero en Idaho el senador Sanders arrasó con 78% y en Utah con 79%.
De lado republicano Donald Trump superó el 46% del voto en Arizona, pero Ted Cruz ganó en Utah con 69%.
Bernie Sanders y Ted Cruz, lograron victorias que les permiten seguir en la carrera a la espera de que las primarias lleguen al resto del Oeste el próximo sábado.
El senador Bernie Sanders se apuntó la victoria en Utah e Idaho, dos estados donde pareció favorecerle el proceso de caucus, en vez del voto en primarias. En Idaho solo votaban los demócratas. Sanders había hecho mucha campaña en Utah, donde había logrado atraer especialmente a los jóvenes. Clinton no ha llegado a pisar ese estado durante las primarias. Sanders obtuvo 57 delegados en esta jornada frente a los 51 obtenidos por Clinton.
En ese contexto, las campañas demócrata y republicana en Arizona han sido el día y la noche. Mientras Clinton y Sanders se han dirigido a la enorme comunidad latina e inmigrante del Estado para prometer una reforma migratoria integral, Trump y Cruz han competido en sus discursos por mostrar su dureza contra la inmigración ilegal. Arizona es el Estado donde Trump juntó a miles de personas en un mitin el pasado julio, apenas un mes de haber insultado a los mexicanos, cuando políticos y comentaristas aún pensaban que su campaña estaba condenada a desaparecer.
El millonario había sumado además el apoyo del sheriff del condado de Maricopa (Phoenix), Joe Arpaio, que se autodefine como el sheriff más duro de Estados Unidos y que ha puesto en marcha medidas de identificación racista de sospechosos de estar en el país ilegalmente.