La Región Mapuche está en la mira de empresas hidroeléctricas con 789.5 millones de dólares y de eólicas con 2 mil 492 millones para instalar más de 40 proyectos de energía.
Regeneración, 6 de agosto de 2015. En La Araucanía, la cartera de inversión para 40 proyectos energéticos en trámite alcanza un total de US$ 3.483 millones a ejecutar, lo que permitiría proveer 1.911,6 megawatts de potencia al Sistema Interconectado Central (SIC).
La mayoría de ellos corresponde a iniciativas basadas en la hidroelectricidad de paso (27 proyectos), que demandarán una inversión de 789 millones de dólares en total y que tendrían una potencia energética de 266,3 megawatts.
Las que más recursos monetarios demandarán son las eólicas, en cuya área se centran 10 proyectos y que requerirán 2.492 millones de dólares para su ejecución. «Las áreas donde existe potencial de desarrollar energías renovables no convencionales están, en el caso eólico, Los Sauces, Collipulli, Angol, Renaico, Lonquimay, Los Sauces y Ercilla», detalló el seremi Aldo Alcayaga.
Para las tres termoeléctricas de biomasa en carpeta, hay una inversión de US$ 202 millones, y una potencia de 118 megawatts.
Según el último informe del Instituto Nacional de Estadísticas, La Araucanía consumió 150.832 megawatts hora durante el mes de junio.
Los 40 proyectos descritos se encuentran en distintas etapas de tramitación. De ellos, sólo los de hidroelectricidad son los más avanzados, ya que de los 40 los únicos en construcción corresponden solo a esta área. Ellos son Carilafquén-Malalcahuello (Melipeuco), Trailelfú (Villarrica) y El Agrio (Curacautín). «En Angol está la del río Picoiquén, que terminó su construcción muy recientemente y está en fase de prueba», indicó el seremi.
Para Alcayaga, la «limpieza» que representa la energía eólica, en el sentido de que su contaminación es mínima, es importante, a la vez que fortalece la utilización de recursos renovables para alimentarla. «En el sector norte de nuestra Región hay un potencial enorme para poder desarrollar la energía eólica y tenemos un fuerte interés de inversionistas y desarrolladores energéticos en llevar a cabo estos proyectos. Pese a que tenemos proyectos con vigencia ambiental, estos se encuentran en fase de análisis de inversión», detalló Alcayaga.
El seremi de Energía indicó que la apuesta es por mecanismos de generación de electricidad que impactan en menor medida al medioambiente, como los proyectos eólicos y termoeléctricos de biomasa.
El seremi informó que de los más de 500 mil megawatts/hora de capacidad energética entre los 17 centros eléctricos en la Región en 2014, 416.454 MW provienen de la energía termoeléctrica de biomasa (81%), mientras que por la termoeléctrica convencional corresponden 2.151 MW (bajo el 1%).
En cuanto a los costos que este tipo de energía demanda en las centrales de la Región, las cifras desfavorecen a las termoeléctricas convencionales, las que Lautaro, en su central de biomasa, tuvo un promedio de costo de US$ 61,1 por megawatts hora (MWh). La termoeléctrica petróleo-diésel de Lonquimay opera con un costo de US$ 214 por MW/h. La hidroeléctrica Truful-Truful (Melipeuco), a cero pesos.
«Uno puede invitar a la comunidad a que mire de verdad qué es lo que estamos dejando de lado al dejar de mirar nuestros recursos energéticos propios y qué tan vulnerables somos respecto a lo que sucede en nuestra economía y nuestro funcionamiento respecto a las elecciones que hoy estamos tomando», dijo el seremi de Energía.
Polémica
Pero son los proyectos hidroeléctricos y termoeléctricos los que generan más rechazo en la población. Así lo hicieron notar los habitantes de Freire y Pitrufquén, quienes a principios de esta semana, y sumando el apoyo de la consejera regional Jacqueline Romero, y la consejera ante la Conadi, Ana Llao, protestaron en contra de la instalación de dos proyectos: la Central Hidroeléctrica de paso «Los Aromos», de la empresa Minicentral Hidroeléctrica Saltos de Los Andes S.A., con una inversión de US$ 91 millones y en proceso de evaluación ambiental; y la termoeléctrica de «Aprovechamiento Energético Biomasa Agrícola», de la empresa Rakun SPA, con una inversión de US$ 85 millones y también en evaluación ambiental.
En el segundo caso, los titulares del proyecto deben presentar -con último plazo fijado para el 11 de agosto-, una adenda, la que corresponde a las observaciones que se han realizado en torno a la iniciativa. Según el director subrogante del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA), Ricardo Moreno, los alcances están relacionados a tres puntos principales: el ruido que puede emitir esta actividad en el lugar; un aumento en la contaminación en el aire; y el aumento de tránsito de camiones y otros vehículos en el lugar.
«Una vez que se ingresa la adenda, se vuelve a distribuir a los organismos de la administración del Estado con competencia ambiental, y ellos revisan exhaustivamente de qué manera el titular resuelve o aborda las observaciones que hicieron esos servicios en su pronunciamiento», indicó Ricardo Moreno. Si continúan dudas en cuanto a la ejecución de la iniciativa, detalla el director subrogante del SEA, se redacta un Informe Consolidado de Aclaración, Rectificación y Ampliaciones, al cual también se le da un plazo de los servicios públicos.
En el caso del proyecto «Los Aromos», los titulares ya presentaron su primera adenda y están a la espera de nuevas observaciones.
«Al límite»
El consejero regional (core) Alejandro Mondaca, quien es presidente de la comisión de Medio Ambiente del Consejo Regional, critica duramente a los proyectos energéticos que buscan un lugar en la Región. «Es difícil poder apoyar proyectos que vengan formulados de forma poco amigable y sustentable con el desarrollo de La Araucanía», dijo la autoridad.
Por ello Mondaca, asegura, prefiere que la Región tenga un camino hacia el desarrollo cultural, rescatando su tradición, belleza y desarrollo turístico. «La verdad es que estos proyectos (en Freire) se encuentran en contra de ese desarrollo», dijo, agregando que esto ocurre no en todos, pero en la mayoría de las iniciativas.
«Los formulan de forma tan mala que esperan que las observaciones que realizan los distintos servicios públicos que se tienen que pronunciar respecto a estos proyectos, lo utilizan como lo que deberían mejorar y sólo mejorando eso entienden que su proyecto estaría aceptable», reclamó el consejero.
Para el core existen errores en común en los que caen los titulares de estos proyectos energéticos, entre los que también incluyó al controversial proyecto hidroeléctrico Añihuarraqui, que fue aprobado el 14 de julio por la Comisión de Evaluación Ambiental, en medio de una enérgica expresión de rechazo de parte de comunidades indígenas de Curarrehue.
«(Algunos proyectos) bordean la ilegalidad. Donde se instalan, lo que producen y a la normativa a la que se acogen, lo hacen en una zona de penumbras», indicó.