Por: María Luisa Santillán | Ciencia UNAM
Regeneración, 21 de abril 2014.-El cólera es una enfermedad infecciosa intestinal producida por la bacteria Vibrio cholerae. Entre sus síntomas principales se encuentran diarrea y vómito intenso, que pueden llevar a una rápida deshidratación, ya que se llegan a producir de 10 a 20 litros de deposiciones en un día. Puede ser adquirida por consumo de agua infectada con la bacteria, aunque también se transmite a través de alimentos contaminados.
La bacteria en sí misma está infectada por un virus que es el que la hace patogénica y es el responsable de que genere la toxina colérica que provoca una secreción de agua y electrolitos al lumen intestinal y, por lo tanto, una diarrea intensa.
Es una enfermedad que se conoce desde hace muchos años. En el mundo ha habido siete pandemias registradas, la primera se dio en 1817 y la última en los años 90. Está permanentemente presente en lugares como Bangladesh o el norte de la India, pero en América no es tan común, lo cual podría estar relacionado con una ventaja genética de los americanos.
En agosto de 2013, se reportó un paciente infectado con cólera en nuestro país. A partir de esa fecha y hasta el 14 de octubre se había diagnosticado un total de 159 casos más: 145 en el estado de Hidalgo, particularmente en la zona de la Huasteca, 9 en municipios colindantes al Estado de México, dos en Veracruz, dos en el Distrito Federal y uno en San Luis Potosí.
Especialistas de la Facultad de Medicina de la UNAM coinciden en que el cólera se ha manifestado desde hace siglos en el mundo y que en México es una enfermedad que nos ha acompañado desde 1992, año en que se presentó una epidemia.
Como resultado de esa experiencia se implementaron medidas higiénicas que se siguen hasta la fecha y que propiciaron cambios en la sociedad mexicana. Algunas de ellas fueron la cloración del agua y el consumo del agua embotellada. Con estas acciones, no sólo se controló la enfermedad, sino que se presentaron distintos efectos colaterales como la reducción de las enfermedades diarreicas y la mortalidad por éstas.
El doctor Malaquías López Cervantes, coordinador de la Unidad de Proyectos Especiales de Investigación en Medicina Social, explicó que el primer sitio donde se manifestó esta enfermedad a inicios de la década de los 90 fue en Lima, Perú. Posteriormente avanzó hacia el norte y apareció el primer caso en México, en 1992, después de 100 años de ausencia de esta enfermedad en nuestro país.
Ese primer caso se dio en el Estado de México, en un pueblo llamado San Miguel, en donde un hombre de la tercera edad presentó los síntomas de esta enfermedad y después de algunos análisis se confirmó la presencia de cólera. En ese momento, los expertos encontraron que la causa del contagio había sido que en esa región el agua estaba contaminada con la bacteria causante de la enfermedad.
De acuerdo con el doctor Luis Durán Arenas, jefe del Departamento de Salud Pública, la epidemia de cólera que se vivió en 1992 tuvo distintos efectos en la sociedad. “Hubo cambios que han sido benéficos; esa epidemia fue como un impulsor de la conciencia de la gente por las medidas higiénicas que se tuvieron que implementar”.
El cólera es una enfermedad que nunca se ha ido desde los años 90, señaló el doctor López Cervantes, y agregó que no hace falta que alguien vaya a otro país para que la adquiera, pues sigue estando en México y está apareciendo de vez en cuando; pero cuando las condiciones se deterioran, la bacteria brota en cantidades más importantes.
“Con la epidemia de 1992 nos dimos cuenta que es una enfermedad que avanza de forma oculta, es prácticamente indetectable; van apareciendo personas que se contagian, pero no todas tienen la enfermedad florida, o sea, la diarrea violenta, muy líquida o blanquecina, que tienen los que presentan los cuadros severos, por lo tanto, pueden pasar desapercibidos fácilmente como cuadros de diarrea y a nadie se le ocurre que puede ser cólera.»
«La bacteria puede estar apareciendo a través del tiempo y se va pasando el contagio y no nos damos cuenta hasta que algo rompe el equilibrio y aparecen muchos casos”, dijo el universitario.
El doctor Luis Durán Arenas explicó que hablar de cólera en términos de conocer la enfermedad y saber cómo tratarla es importante, pero también lo es saber qué implica para el sistema de salud de nuestro país estar preparado para responder ante la aparición de esta enfermedad y cómo puede afrontarla la sociedad.
Controlar el cólera no es difícil, coinciden los especialistas, tan sólo se tienen que implementar medidas como limpiar el agua, lavarse las manos y ordenar los desechos humanos.
“Cada quien debería de tener la capacidad de actuar. Los estados deberían de ser capaces de tomar sus propias decisiones, hacer sus propias acciones y no esperar a que los de la federación lleguen y lo hagan por ellos, pues los responsables de la salud del estado saben que la gente vive en esas condiciones. Entonces, qué se hace para cambiarlas y no estar esperando a ver cuándo brota el cólera, pues deben preocuparse por garantizar las condiciones adecuadas para la gente de esas regiones”, dijo el doctor López Cervantes.
Por su parte, el doctor Luis Durán explicó que el sistema de vigilancia epidemiológica debe ser proactivo, es decir, debe identificar aquellas áreas que presentan distintos riesgos ambientales para actuar con anticipación.
“Hay que hacer una anticipación del riesgo y no esperar a que emerja. Lo que realmente funcionaría es tomar medidas que eviten que se manifiesten las enfermedades y los riesgos asociados a éstas”, concluyó.