Cómo cooperó «Associated Press» con los nazis

AP también permitió a los nazis utilizar sus archivos fotográficos para su propaganda virulentamente antisemita

Por Philip Oltermann The Guardian
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(22 de abril del 2016).-El material de archivo descubierto por una historiadora alemana ha revelado que la agencia de noticias Associated Press cooperó formalmente con el régimen de Hitler en la década de 1930 suministrando a los periódicos estadounidenses material producido y seleccionado directamente por el ministerio de Propaganda nazi.

Cuando el partido nazi se hizo con el poder en Alemania en 1933 uno de sus primeros objetivos fue meter en vereda no solo a la prensa nacional sino también a los medios de comunicación internacionales. Al cabo de un año se prohibió The Guardian y para el año 1935 incluso se obligó a importantes agencias bitánico-estadounidenses, como Keystone y Wide World Photos, a cerrar su oficinas tras ser atacadas por emplear a periodistas judíos.

Associated Press (AP), que se ha calificado a sí misma de “cuerpo de marines del periodismo” (“siempre el primero en llegar y el último en irse”) fue la única agencia de noticias occidental que pudo permanecer abierta en la Alemania de Hitler y que siguió trabajando hasta que Estados Unidos entró en la guerra en 1941. Por consiguiente, se encontró en la supuestamente rentable situación de ser el principal canal de noticias e imágenes de fuera de este Estado totalitario.

En una artículo publicado en el diario académico Studies in Contemporary History la historiadora Harriet Scharnberg demuestra que AP solo pudo mantenerse en el país establleciendo una cooperación bilateral con el régimen nazi que beneficiaba a ambas partes.

Esta agencia con sede en Nueva York cedió el control de su producción al firmar la llamada Schriftleitergesetz (Ley del director de periódico) por la que se comprometía a no publicar ningún material “cuyo propósito fuera debilitar la fortaleza del Reich en el extranjero o en el interior del país ”.

Esta ley exigía a AP contratar a periodistas que también trabajaran para la división de propaganda del partido nazi. Uno de los cuatro fotógrafos que trabajaba para AP en la década de 1930, Franz Roth, era miembro de la unidad de propaganda de la unidad militar de las SS, cuyas fotografías elegía personalmente Hitler. AP ha eliminado las fotos de Roth de su página web desde que Scharnberg publicó sus conclusiones, aunque algunas miniaturas se pueden ver todavía debido a “cuestiones de software”.

AP también permitió a los nazis utilizar sus archivos fotográficos para su propaganda virulentamente antisemita. Entre las publicaciones ilustradas con fotos de AP se incluye el panfleto de las SS que fue éxito de ventas “Der Untermensch” (Los subhumanos) y el folleto “The Jews in the USA” (Los judíos en Estados Unidos) cuyo objetivo era demostrar la decadencia de los estadounidenses judíos con una foto del alcalde de Nueva York Fiorello LaGuardia comiendo de un bufé con las manos.

Esta información recién descubierta, justo antes del 170 aniversario de AP en mayo, plantea preguntas difíciles no solo acerca del papel que AP desempeñó en permitir a la Alemania nazi ocultar su verdadero rostro durante los primeros años de Hitler en el poder, sino también acerca de la relación de la agencia con regímenes totalitarios contemporáneos.

Aunque el acuerdo con AP permitió a Occidente atisbar una sociedad represiva que de otro modo puede que hubiera permanecido totalmente oculta (razón por la que el corresponsal en Berlín Louis P. Lochner ganó un Pulitzer en 1939), el acuerdo también permitió a los nazis encubrir algunos de sus crímenes. Harriet Scharnberg, historiadora de la Universidad Martin Luther de Halle, afirmó que la cooperación de AP con el régimen de Hitler permitió a los nazis “retratar una guerra de exterminio como una guerra convencional”.

En junio de 1941 las tropas nazis invadieron la ciudad de Lviv en el oeste de Ukrania. Tras descubrir pruebas de que las tropas soviéticas habían cometido asesinatos masivos, las fuerzas ocupantes alemanas organizaron un pogromos de “venganza” contra la población judía de la ciudad.

Siguiendo órdenes personales de Hitler se seleccionaron las fotos de Franz Roth de los cadáveres dentro de las cárceles y se distribuyeron a la prensa estadounidense a través de AP.

“En vez de publicar fotos de los pogromos de Lviv que duraron varios días y en los que hubo miles de víctimas judías, a la prensa estadounidense solo se le proporcionó las fotos que mostraba las víctimas de la policía soviética y de los criminales del guerra del ‘brutal’ ejército Rojo”, declaró Scharnberg a The Guardian.

“En ese sentido, se puede decir que estas fotos contribuyeron a ocultar el verdadero carácter de la guerra que dirigían los alemanes”, afirmó la historiadora, “[La decisión de] qué acontecimientos se sacaba a la luz y cuáles se mantenían ocultos en las fotos suministradas por AP se hizo según los intereses alemanes y el relato alemán de la guerra”.

Cuando se le plantearon estas acusaciones, AP afirmó en un comunicado que el informe de Scharnberg “describe a unos individuos y sus actividades antes y durante la guerra. AP desconocía ambas cosas”. También afirmó que actualmente la agencia está revisando documentos en sus archivos y más allá de ellos para “profundizar en lo que sabemos de este periodo”.

Un portavoz de AP declaró a The Guardian: “Mientras seguimos investigando este asunto, AP rechaza toda idea de que ‘colaborara’ deliberadamente con el régimen nazi. Lo correcto es afirmar que tanto AP como otras organizaciones extranjeras se vieron sometidas a una fuerte presión del régimen nazi desde el año en que Hitler llegó al poder en 1932 hasta la expulsión de la AP de Alemania en 1941. La dirección resistió a las presiones mientras trabajaba para reunir noticias fieles, vitales y objetivas en un momento oscuro y peligroso”.

Estos descubrimientos recientes podrían haber sido de interés solo para los historiadores de la empresa si no fuera por el hecho de que se están reexaminando las relaciones de AP con regímenes totalitarios. Desde enero de 2012, cuando AP se convirtió en la primera agencia de noticias occidental en abrir una oficina en Corea del Norte, se han planteado muchas preguntas acerca de la neutralidad de lo que se produce en su oficina de Pyongyang.

En 2014 la página web NK News con sede en Washington afirmó que altos ejecutivos de AP habían “accedido a distribuir propaganda norcoreana producida por el Estado por medio del nombre de AP” para obtener el acceso al muy beneficioso mercado de distribución de material fotográfico fuera del Estado totalitario. La República Popular Democrática de Corea ocupa el penúltimo lugar del actual Índice Mundial de Libertad de Prensa.

Un borrador de acuerdo filtrado de mostró que al parecer la AP estaba dispuesta a permitir que la Agencia Central de Noticias Coreana (KCNA) seleccionara un texto y a un fotoperiodista de su unidad de agitación y propaganda para trabajar en su oficina. AP declaró a The Guardian que “sería presuntuoso asumir que ‘el borrador’ tiene alguna importancia», pero se negó a revelar más información sobre el acuerdo final.

La oficina de Pyongyang de la AP no cubrió acontecimientos significativos, como la desaparición durante seis semanas del líder norcoreano Kim Jong-un en septiembre y octubre de 2014, el pirateo en noviembre de 2014 de Sony Entertainment supuestamente organizado por la agencia norcoreana de guerra cibernética o las informaciones sobre una hambruna en la provincia de Hwanghae Sur en 2012.

Cuando la agencia de noticias francesa Agence France-Presse firmó un acuerdo para abrir una ofician en Pyongyang en enero de este año, el exdirector de la oficina de AP en Pyongyang Jean Lee comentó que era una señal de la “cada vez mayor confianza del régimen en su capacidad para mantener a los periodistas extranjeros bajo control”.

El portavoz de AP negó que la agencia se sometiera a censura. “No sometemos las noticias a la Agencia Central de Noticias de Corea ni a ningún funcionario del gobierno antes de publicarlas. Al mismo tiempo, los funcionarios son libres de conceder o denegar el acceso o entrevistas”.

Nate Thayer, un ex corresponsal de AP en Camboya que publicó el borrador de acuerdo filtrado, declaró a The Guardian: “Parece que AP ha aprendido muy poco de su propia historia. Resulta ridículo afirmar, como hace la agencia, que Corea del Norte no controla lo que produce. Como es n atural, existe el argumento de que es importante todo acceso a Estados herméticos. Pero en última instancia es importante si se dice a sus lectores que aquello de lo que está informando se basa en fuentes independientes y neutrales”.