La consulta es un derecho político de la ciudadanía para intervenir en los asuntos de interés público
Por Gabriel Ramírez Cuevas
Regeneración, 18 de octubre del 2018. En México las consultas han sido impulsadas por el pueblo contra la cárcel del PRI y luego contra la descomposición neoliberal.
Cito tres ejemplos: El plebiscito ciudadano por el Estado 32, que fue autorganizado y también lo fueron la consultas populares por los derechos de los pueblos indígenas o en defensa el petróleo.
Estas consultas populares no gozaron de la aprobación de las instituciones autoritarias y rapaces.
Son acervo político de la nación, aporte histórico de la ciudadanía que se organiza ante el poder opresor y lo reta.
Cito por ejemplo a Alianza Cívica que abrió camino al ejercicio de este derecho en México.
Y decenas espacios de autoorganización que se han esforzado por que se consulte a los ciudadanos, la juventud y en la defensa de los derechos de la infancia.
Evidentemente no todos los procesos de consulta popular necesitan el beneplácito de la autoridad.
En el ámbito legal la Consulta Popular, el Referéndum y el Plebiscito, son y han sido demandas históricas del pueblo ante el opresor Partido de Estado, PRI; y luego contra el neoliberalismo vendepatrias.
Díaz Ordaz, Echeverría, José López Portillo, Miguel de la Salinas, Zedillo, Fox, Calderón, Peña Nieto – y compañía- tienen como denominar común ser representantes de la profunda antidemocracia.
La guerra es la cúspide de la oposición a la democracia.
Hoy un presidente electo llama a debate y consulta populares sobre el aeropuerto internacional que presta servicio a la Ciudad de México.
Un organismo no gubernamental la Fundación Rosenbluth organiza el evento.
Se paga con cooperación voluntaria de legisladores de Morena.
Incluso el presidente electo se permite “ser parcial por una vez” y señala que con base en Santa Lucía habría un ahorro del erario nacional del orden de los 100 mil millones de pesos.
Es decir toma posición por –Santa Lucía-Toluca-, en función de su responsabilidad de cuidar las arcas públicas.
Eso se llama construir el campo democrático y al mismo tiempo tener opinión propia.
El hecho de que gobernantes y gobernados coincidan en una consulta pública es signo de los tiempos: la participación popular en los asuntos del país.
La intervención en los destinos de la nación es derecho incontestable del pueblo.
El NAICM es monumento a la devastación del medio ambiente en obras de despilfarro y corrupción.
¿Que hacer ante esta herencia?
El acierto principal de la consulta sobre el NAICM, es la apelación al pueblo.
Se trata de los últimos meganegocios que lograron amarrar los bandidos con cargo al erario nacional.
Ellos, los bandidos, no consultaron a nadie, nunca.
Y no han tenido piedad con personas, o propiedades públicas y privadas.
En este caso se trata de una muy legal devastación de las últimas zonas lacustres del Valle de México y sus alrededores.
La respuesta ciudadana es indudable #YoPrefieroelLago.