Contraportada


 

"La revolución tuvo su cuna donde la humanidad sufre, en esos depósitos de dolor que se llaman fábricas, en esos abismos de torturas que se llaman mi­nas, en esos ergástulos sombríos que se llaman talleres, en esos presidios que se llaman haciendas. La revolución mexi­cana no salió de los palacios de los ricos ni se alentó en los pechos cubiertos de seda de los señores de la burguesía, sino que brotó de los jacales y ardió en los pechos curtidos por la intemperie de los hijos del pueblo.”

Ricardo Flores Magón, 14 de febrero de 1914.

"Cuando reflexionemos que todos los que sufrimos idénticos males tenemos un mismo interés, un interés común a todos los oprimidos, y nos hagamos, por lo tanto, el propósito de ser soli­darios, entonces seremos capaces de transformar las circunstancias que nos hacen desgraciados por otras que sean favorables a la libertad y al bienestar."

Ricardo Flores Magón, Regeneración, 1917.

"Que las manos callosas de los campos y las manos callosas del taller se estre­chen en saludo fraternal de concordia, porque en verdad, unidos los trabaja­dores, seremos invencibles, somos la fuerza y somos el derecho: ¡Somos el mañana!"

Emiliano Zapata. A los obreros de la Repú­blica ¡Salud!, 15 de marzo de 1918.

"Tierra y Libertad no son más que dos palabras, es cierto; pero estas palabras llegan a lo sublime cuando la mano del trabajador.con gesto heroico toma po­sesión de la madre Tierra para hacerla libre con su trabajo de hombre libre."

Ricardo Flores Magón, Regeneración, 1914.

"Llamad a vuestras conciencias; medi­tad un momento sin odio, sin pasiones, sin prejuicios, y esta verdad, luminosa como el sol, surgirá inevitablemente ante vosotros: la revolución es lo único que puede salvar a la República."

Emiliano Zapata, Manifiesto a la Nación, 20 de octubre de 1913.

"La revolución se propone: redimir a la raza indígena, devolviéndoles sus tie­rras, y por lo mismo, su libertad; con­seguir que el trabajador de los campos, el actual esclavo de las haciendas, se convierta en hombre libre y dueño de su destino, por medio de la pequeña propiedad, mejorar la condición eco­nómica, intelectual y moral del obrero de las ciudades, protegiéndolo contra la opresión capitalista; abolir la dicta­dura y conquistar amplias y efectivas libertades políticas para el pueblo de mexicano".

Emiliano Zapata, Manifiesto al pueblo mexicano, 25 de abril de 1918.