Activistas defensores de este sector dicen que si tanto le interesa el tema a la FIFA , que haga un programa de actividades por todo México y les enseñe a no discriminar, a aceptar las diferencias y a aceptarse a sí mismos.
Regeneración, 23 de junio de 2017.-Sancionar a los aficionados y a los equipos con el fin de erradicar el grito homofóbico: eeeh, puto durante los partidos de futbol podría ser contraproducente para la comunidad lesbiana, gay, bisexual, trans e intersexual (LGBTI), coincidieron en afirmar organizaciones defensoras de ese sector de la población.
Si no hay una acción de concientización que acompañe estas sanciones “nos vamos a convertir en doble foco de agresión. El per se que ya somos con el rechazo que existe hacia la diversidad sexual y ahora por un aficionado que lo sacaron de su partido porque él pensaba que no nos agredía”, resaltó en entrevista Jaime López Vela, fundador de Agenda LGBT.
Cristian Galarza, activista del Comité IncluyeT, señaló que castigar a las personas puede generar más violencia. No nos conviene como comunidad que estén enojados, pues si antes emitían esas expresiones en un estadio, ahora estarán en la calle responsabilizando a quien les quitó su fiesta.
López Vela agregó que no buscan censurar ni restarle la euforia a un grupo de aficionados que vienen a apoyar a su equipo, sino enviar un mensaje para señalar que esa expresión perturba, discrimina, violenta y agrede.
Refirió que cuando se expresa el eeeh, puto, el corazón se nos estruja a nosotros, porque eso es lo que nos gritan cuando nos agreden, nos corren, nos expulsan, nos niegan un servicio o nos matan.
Indicó que la Federación Mexicana de Futbol no ha tenido acciones contundentes para terminar con este grito desafortunado, aunque, añadió, también es competencia del Estado, de los gobiernos y las instituciones como el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred).
Hace falta voluntad política de los órganos del Estado que hoy tienen a su cargo combatir la discriminación para erradicar ese grito, porque de ninguna manera podemos consentirlo, indicó.
Cristian Galarza resaltó que hasta ahora las medidas que se han tomado para cambiar esa expresión “no son comprometidas. El punto es cambiar la consciencia de la gente y eso no se logra si no te comprometes con la educación.
Si tanto le interesa también a la FIFA (el tema), que haga un programa de actividades por todo México y les enseñe a no discriminar, a aceptar las diferencias y a aceptarse a sí mismos.
Por su parte, Jaime Morales, de Familias Diversas, señaló que a la gente no le puedes prohibir algo si no haces una campaña. Más allá de las acciones, falta la contraparte. No hay trabajo en el interior de las familias. En las escuelas falta que hablen de educación sexual. No hay clases de ética, de respeto hacia los demás.
Con información de: La Jornada