Por La Cooperacha*
Los trabajadores de la catalana editorial Bruguera escribieron una historia alejada de los comics y de las colecciones de novela rosa que imprimía exitosamente la empresa.
Su historia fue más cercana al realismo mágico que también editó la Bruguera, debido a un hecho inesperado. Tras una larga lucha, por el cierre de la empresa en 1986, sus trabajadores le ganan el juicio laboral y “vino un fondo, que prácticamente ni esperábamos”, recuerda Paco Hernández protagonista del suceso, en un reportaje producido por la Televisión Española.
El sorpresivo fondo de la indemnización tuvo un destino que ya entrados en el mundo fantástico, digamos que ya no suena tan insólito.
Los huelguistas victoriosos deciden dividirlo en tres partes: una para apoyar a la joven revolución sandinista, otra parte a la lucha de los jornaleros andaluces, y con la tercera procuran financiar proyectos de auto ocupación colectiva; el germen de la Coop57.
Así es como lo irreal o extraño se vuelve cotidiano desde 1995, año en que surge por la magia de la autogestión la catalanísima Coop57; la cooperativa que da financiamiento a los movimientos sociales.
De huelguistas indemnizados a inversionistas solidarios
“Estábamos hasta las narices de trabajar para el capitalismo. ¿Y por qué no nosotros podíamos hacer economía desde una perspectiva en donde el centro sea la persona y no el de acumular capital?”. Así lo cuenta Paco Hernández, en ese entonces uno de los despedidos más jóvenes que decidió unir su indemnización al fondo colectivo.
Del nombre de la cooperativa Paco recuerda que durante la lucha aparecía continuamente el número 57, cuando un compañero se da cuenta de eso suelta; “hostia, nos da suerte este número. Pues dijimos venga, pues metemos la Coop57”.
La construcción de la herramienta financiera contó con la asesoría de un colectivo de abogados laboristas y en conjunto decidieron en 1995 darle la forma jurídica de cooperativa de servicios financieros.
Inicialmente congregó sólo a cooperativas de trabajo, pero a partir del año 2001, la Coop57 decidió incluir a otras entidades de la economía social y solidaria. Al ingresar aportabas una cuota inicial, dabas inicio a tu ahorro y te convertías en socio propietario de la cooperativa con derecho posteriormente a tramitar algún préstamo.
El mismo año también deciden admitir a personas en lo individual, ya no sólo entidades, a las que denominan socias y socios colaboradores, quienes únicamente pueden ahorrar.
Así se ampliaron los niveles de participación y los fondos del modelo basado en la confianza y la proximidad comunitaria en Catalunya.
Creciendo con metodología transparente, horizontal y en red
En el año 2005 la Coop57 se enfrenta a una exigencia de la economía solidaria: crecer fuera de Catalunya. Ramón Pascual, coordinador de la cooperativa, reconoce que ellos no se habían propuesto un plan de crecimiento pero fue solicitado por integrantes de la economía social de Aragón.
“¿Y nosotros qué conocemos de la sociedad civil de Aragón, de su tejido social? ¿Cómo van a confiar en nosotros y nosotros en ellos? Y les dijimos: Aragón, crear vosotros el Coop57, nosotros les daremos todo”, apunta convincente Ramón.
De esta manera la toma de decisiones se descentralizó y en Aragón decidieron que entidades y personas integraran su sección así como los préstamos que se otorgarían.
La apuesta metodológica de la Coop57 se apoya en la participación y en la transparencia, de esa forma consolida los niveles de confianza y los socios se apropian responsablemente de la cooperativa.
En asambleas se decide el porcentaje con que se remunera a los ahorradores y hacia dónde se dirigen los préstamos. Las decisiones se apoyan con la información de dos consejos, uno técnico y otro social. Conjuntamente se valoran las iniciativas colectivas e intercooperativas.
Otro aspecto a destacar es que la forma de avalar los préstamos a entidades sociales es mancomunada, es decir que cada socio responde personalmente por una parte del préstamo.
Con su sección en Aragón, la Coop57 respondió a la demanda de la economía solidaria y de paso inauguró el crecimiento en red, la comunidad ponía a las organizaciones locales y la matriz de Catalunya aportaba el método y la experiencia.
Operan sin permiso del Banco de España… ni del Rey
El coordinador de Coop57, advierte que no están reglamentados por el Banco de España por lo que los ahorradores están conscientes que “no está regulada por el fondo de depósitos y van a confiar en nuestra organización que es de su propiedad y de las entidades de la economía social”.
Y sin pedir permiso a ninguna autoridad, la Coop57 además de Catalunya y Aragón, actualmente cuenta con secciones en Madrid (2006), Andalucía (2008), Galicia (2009) y existen grupos promotores en Asturias, Valencia y el País Vasco.
La membresía actual incluye a 639 entidades socias, que pueden ser cooperativas, asociaciones, fundaciones, ONGs o sociedades laborales, siendo las únicas que pueden recibir préstamos. El total de socias y socios colaboradoras asciende a 3 mil 10 personas.
Sin estar regulados, durante el ejercicio del año pasado captaron arriba de los 24 millones de euros y el volumen de préstamos, cuya única garantía es la confianza, rebasó los 11 millones.
De cara al próximo ENCUENTRO—TROBADA—ENCONTRO—TOPAKETA
Con 20 años de historia a cuestas y con el reflejo ágil para moverse en sintonía con la economía solidaria, la Coop57 prepara su Encuentro 2015 en Zaragoza, capital de Aragón, del 17 al 19 de abril.
“Hace 10 años se inició un modelo de crecimiento en red al valorar que la iniciativa se podía replicar en otros territorios y Aragón fue el primero de ellos”, presume la anfitriona Macarena Fernández, secretaria técnica de la cooperativa en aquella comunidad, para el Blog ZAC de Zaragoza.
El programa del Encuentro inicia con una charla de la historia de la Coop57 y posteriormente se debate sobre tres ejes: promoción de la economía social y solidaria a nivel local; crecimiento, organización en red y participación; y finanzas para el desarrollo de la economía social y solidaria a nivel local.
Se proponen no sólo reaccionar a la demanda de préstamos y de iniciativas sociales, sino hoy contemplan una acción más proactiva por lo que plantean temas como: generar un modelo de gestión de los servicios públicos desde el tejido social y cooperativo, y además la construcción de mercados sociales.
“Ni en mis sueños más utópicos hubiera soñado que se podía dar este modelo de Coop57. Tan reconocido en los movimientos sociales como un modelo a seguir por su funcionamiento”, rememora Paco Hernández, instalado en el realismo de la magia autogestiva.