Mientras Peña Nieto castiga a los mexicanos con aumentos mensuales a las gasolinas, estrena un avión de 580 millones de dólares, que no posee ningún mandatario de EU, China, Rusia o Europa y que tardará 25 años en pagar
Regeneración, 9 de junio de 2014. En la prensa internacional se cuestionó el valor del nuevo avión del presidente Enrique Peña Nieto. Se trata de un avión Boeing 787 Dreamliner que puede calificarse de «palacio volante»: su velocidad es de casi mil kilómetros por hora, puede transportar hasta 250 pasajeros y hacer la ruta de Tokio a Los Ángeles sin hacer escalas.
Según agencias de noticias como RT (Russian Today), el «capricho» del presidente mexicano, no se permiten líderes de los países más poderosos del mundo como EU, China, Rusia o Europa, costará 580 millones de dólares (7 mil 500 millones de pesos). Y eso sin contar los 77.5 millones de dólares (mil millones de pesos) para la adecuación del hangar presidencial en el aeropuerto de la Ciudad de México.
La prensa mexicana ha calculado que el precio del avión de lujo duplica el presupuesto de 4 mil millones de pesos que este año gastarán todos los partidos políticos de México. Y lo más escandaloso es que el precio inicial del Boeing 787 Dreamliner es mil 667 millones de pesos, pero el Gobierno presidencial pagará un 350% más debido al sistema de pago elegido, que prolonga el plazo de cuotas hasta 2027.
Durante 15 años el Gobierno de México pagará 6 mil 308 millones de pesos por el avión, cuya vida útil es solo 25 años; más de mil 211 millones de pesos por su mantenimiento técnico.
Existe mucha indignación en las redes sociales y entra la población porque el «palacio volante» de Peña Nieto es un lujo que demuestra que en México hay una «élite opulenta» y un «pueblo indigente». Una minoría rica con más de 60 millones de pobres.