La grasa es uno de los temas del momento, no solo por la obsesión que existe en la sociedad por el “cuerpo perfecto”, sino también por la presencia de varias dietas que proponen distintas posturas respecto al consumo de las grasas tanto para adelgazar como para mantenerse saludable. Esto es lo que la ciencia sabe de la última década de investigación y que deberías saber antes de embarcarte en algún plan de comida de cara al verano:
● La grasa total, es decir, el porcentaje de grasa en tu dieta, no parecería ser un problema cuando se trata de la salud. Es el tipo de grasa que comés la que tiene un impacto sobre tu salud.
● Las grasas insaturadas, especialmente el omega 3 (pescado), y las monosaturadas (aceite de oliva y canola), son beneficiosas.
● Las grasas trans, presentes sobre todo en las comidas procesadas, deberían ser eliminadas.
● Las grasas saturadas (manteca, crema) pueden no ser tan malas como nos habían enseñado. La ciencia está estudiando los diferentes tipos de grasas saturadas y sus efectos, pero por lo pronto no parecería que tienen un efecto beneficioso y protector como las insaturadas. Por ende, lo mejor es concentrarse en ellas.
● En lo que respecta a las yemas de huevo, las mismas contienen todo tipo de grasas (especialmente de las saturadas) y colesterol, pero también contienen la mayoría de los nutrientes, como minerales y vitaminas. Un huevo al día es la medida correcta para una dieta saludable para el corazón, además de ofrecer mucho en lo que respecta a nutrición y satisfacción.
● Necesitamos grasas para estar saludables, pero no necesariamente tienen que ser grasas animales. Los ácidos grasos esenciales provienen de fuentes vegetales. Curiosamente, sin embargo, la grasa de cerdo tiene menos grasa saturada que la manteca, por lo que no es peor pero tiene una peor reputación. Todas las grasas tienen una variedad de tipos de ácidos grasos.
(Washington Post / Bloomberg)