La actual devaluación de más del 30% del peso frente al dólar impacta de manera severa en el precio de los alimentos.
Regeneración 14 de febrero del 2016.- México no tiene suficiencia alimentaria, pese a la declaración que Enrique Peña Nieto hizo en Boca del Río, Veracruz en enero pasado.
Peña Nieto dijo entonces que el País se acerca a su seguridad alimentaria ya que se está produciendo hasta el 68% de lo que consume.
El Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA) y la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras del Campo (ANEC), advirtieron sobre la repercusión de la perdida de valor del peso frente al dólar en los alimentos que consumen los mexicanos.
El problema: que las importaciones del sector agropecuario y agroindustrial casi equiparan a las exportaciones.
Además, el 60% del costo de la producción agrícola industrial en México depende de semillas, fertilizantes y plaguicidas importados en su mayoría y cuyos precios dependen del dólar.
La actual devaluación de más del 30 % del peso frente al dólar impacta de manera severa en el precio de los alimentos gracias dos factores principales: la importación directa de muchos productos que se consumen, y el otro que los costos de producción se disparan ya que gran parte de los insumos se compran al extranjero.
Las semillas son otro gran tema en el marco de la devaluación. El 85% de ellas se encuentran controladas por monopolios como Monsanto, Bayer, Pioneer, y Syngenta.
Estas trasnacionales también dominan el mercado de herbicidas e insecticidas y todo lo cotizan en dólares. A esto se abona que un 70% de los fertilizantes nitrogenados tengan que comprarse en otros países. Esto hace que el aumento en los costos de producción agrícola se vuelva mayor que el porcentaje en que se ha devaluado el peso ya que factores como los intermediarios y el control monopólico dificultan la estabilidad.
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En productos químicos utilizados para el campo, como los fertilizantes, las importaciones superaron 2.5 veces o 150 por ciento las exportaciones, ya que las primeras sumaron 429 millones de dólares y las segundas 171 millones.
En cuanto a los precios, sólo en frutas y hortalizas, la inflación registrada durante enero de este año fue de 6.19 por ciento mayor respecto a diciembre de 2015, es decir 16 veces más que la inflación general de 0.38 por ciento, y en el acumulado anual llegó a 17.38 por ciento. Ello contrasta con las caídas de precios de 4.63, 3.39 y 1.06 por ciento que tuvieron las frutas y hortalizas en enero de 2015, 2014 y 2013, respectivamente, de acuerdo con el Inegi.
El GCMA marca con color rojo los precios del frijol y jitomate en su semáforo agroalimentario porque acumulan un encarecimiento anual de hasta 75 y 122 por en ciento en sus variedades producidas en Sinaloa. El kilo frijol azufrado de Sinaloa se vende a 22.30 pesos y el peruano nacional hasta 28 pesos, lo que implica entre 1.40 y 3.70 pesos más que en diciembre, pero en un mes el frijol pinto de Durango y el de Chihuahua se encareció 53 y 62 por ciento al pasar a menos de 10 pesos a 15 por kilo.
Con información de La Jornada