Con su masiva solidaridad, los jóvenes han devuelto la esperanza a México. De los escombros del sismo y la tristeza, ha surgido una nueva generación.
Ana Duarte
Regeneración 22 de septiembre de 2017.- El pasado martes 19 de septiembre un sismo no sólo sacudió al país, sino con ello, conmovió las conciencias de miles de jóvenes para salir a prestar ayuda y solidarizarse con la gente en desgracia.
Los brigadistas, el corazón de la solidaridad desbordada, tomaron el control de las zonas y calles siniestradas, prestando auxilio en el rescate de víctimas, en la distribución de ayuda, la atención a víctimas y familiares el control del tráfico. Por doquier los jóvenes organizaron centros de acopio para ayudar a los damnificados de la Ciudad de México, Morelos, Puebla, Oaxaca y Chiapas. De estas maneras los jóvenes hicieron suya la Ciudad.
La solidaridad, empatía y perseverancia que han mostrado cientos de jóvenes ante la tragedia del temblor que sacudió México –y que ha cobrado más de 250 vidas-, ha dado como resultado el surgimiento de una nueva generación. La solidaridad y la entrega desinteresada por los otros hace creer en una la generación de la esperanza.
Yo no perdí nada en el sismo, pero va por ellos…
En los últimos cinco años, la actual generación de los milenials, no ha mostrado interés en la situación del país, se mostraba indiferentes y hasta los tacharon de egoístas. En este momento, los jóvenes han mostrado un valor y compromiso con su comunidad.
“Yo no perdí nada, pero al ver las condiciones en que se encontraban familias completas, me aventé el ‘paquete’, la ayuda va por ellos, la satisfacción es para nosotros los chavos”, menciona Carlos, psicólogo y voluntario en las labores de rescate.
La incertidumbre de muchas familias al no saber qué pasará ante la pérdida de su patrimonio, ha generado estrés en su círculo familiar, por lo que cada vez más pedagogos, psicólogos, médicos, ingenieros y demás jóvenes recién titulados, se han sumado a las filas para brindar apoyo a los padres y niños que por un momento perdieron su sonrisa.
“El saber que estás marcando la diferencia ante muchos, no tiene comparación. Es un honor poder compartir tus conocimientos para una causa noble, su sonrisa es nuestro mejor pago”, abundó Carlos.
Sin haber alguna convocatoria de por medio, ellos, nuestros nuevos héroes, acudieron al llamado de coadyuvar al rescate de las víctimas. El momento en que se encontraban cuerpos con vida entre los escombros, sus rostros se pintaban con una enorme y sincera sonrisa, otros cuantos brotaban lágrimas de la emoción y con ello recobraban fuerzas para seguir ayudando.
“Sabemos que es un momento histórico, aquí todos somos hermanos, te puedo decir que no he sentido otro momento en que me haya sentido más orgulloso de ser mexicano”, puntualizó.
Cabe mencionar que ni la lluvia ni la noche han detenido el esfuerzo y trabajo que estos jóvenes han encabezado en las labores de búsqueda y acopio de víveres para los damnificados. Dejando de lado los protagonismos, estos héroes, la generación estigmatizada por la sociedad, hoy muestra una nueva cara.
“Ser joven no significa ser indiferente, ser joven significa luchar por un futuro próspero. Yo invito de todo corazón a todos aquellos jóvenes que aún no han acudido a brindar algún apoyo a que se unan, es una experiencia única que te deja con un buen sabor de boca y con una paz sin igual”, finalizó.
A pesar de que las labores de búsqueda se han intensificado en estos momentos, la esperanza no ha decaído por ningún momento, al contrario, cada segundo se acrecienta.
Pero una vez pasada la emergencia, comenzará el verdadero problema para los damnificados que lo han perdido todo.
Pero estamos seguros que siempre habrá un corazón joven que les tienda la mano y les brinde su apoyo. Porque los tiempos están cambiando.