Con la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) en más de 5 mil hectáreas del ex lago de Texcoco, la vida y el entorno de los habitantes de pueblos aledaños se ha alterado significativamente con la explotación indiscriminada de minas para extraer materiales pétreos usados en la cimentación.
Regeneración, 17 de julio de 2017.- Los vecinos de las localidades de Texcoco, Tezoyuca, Otumba, Acolman, Teotihuacán, Nopaltepec, Temascalapa, Tepetlaoxtoc y San Salvador Atenco han hecho saber que la explotación de decenas de minas afecta el medio ambiente y su tranquilidad.
En diciembre del 2015, habitantes de la comunidad La Concepción, en Tezoyuca, vieron llegar cientos de camiones de carga a la mina El Tezoyo u Ocupulco, que ocupa 42 hectáreas.
Durante el día y noche se escuchan detonaciones de explosivos para romper el tezontle y el ruido de grandes taladros y de camiones cargados con toneladas de piedra. Por la explotación indiscriminada de la mina dejó decenas de viviendas a unos metros de taludes y desfiladeros. Las calles están deterioradas por el paso de camiones.
Más de 20 mil colonos de ese municipio comenzaron a bloquear el paso a la mina. Lograron detener su operación algunos días; sin embargo, la empresa Martínez Villegas SA de CV violó los sellos.
Octavio Jiménez Rivera, el representante de vecinos informó que interpusieron ante el juzgado sexto de distrito dos demandas y solicitudes de amparo, la 729/16 y la 14/17 y sus acumulados, en contra de la operación de la mina. Las demandas están detenidas y los vecinos afirman haber sido amenazados por supuestos dueños de la empresa.
La explotación de materiales continúa; del lado norte, las laderas se acercan a la zona habitada y al poniente las casas ya están a 50 centímetros del socavón.
En Otumba hay por lo menos seis minas, en las comunidades de San Marcos Tlaxuchilco, Ahuatepec, Zoapayuca y Campero. Se calcula que unos 400 tractocamiones circulan diariamente y los pobladores han denunciado la devastación de montes, áreas verdes y arroyos.
En un intento por contener el deterioro de sus comunidades, habitantes de San Cosme, Ahuetepec y San Marcos Tlazuchilco han instalado retenes en las carreteras para tratar de impedir el paso de camiones que trabajan día y noche.
Además las vialidades de Otumba están colapsadas por el incremento de la circulación. El pavimento se deterioró y hay incontables baches; además, los conductores de los tractocamiones brincan los topes y ponen en riesgo a los transeúntes, expresó Daniel Ruiz, vecino.
En la comunidad de San Luis Tecuautitlán, municipio de Temascalapa, las empresas Grupo Serrano, Tobías y Galaxy comenzaron a explotar hace un año tres minas en los cerros Tlaltepec y Tepozayo, además, extraen materiales de por lo menos 20 yacimientos.
Los pobladores afirmaron que en sólo seis meses las empresas arrasaron con biznagas, pitahayas, musgo, maguey, pino chino y flor de San Juan, quemaron pastizales y también acabaron con tlacuaches, camaleones, liebres y conejos silvestres.
Integrados en el Comité de Defensa de los Cerros de San Luis Tecuautitlán, los inconformes instalaron tres campamentos, detuvieron los trabajos y colocaron botones de alarma para impedir que se reanuden.
En Texcoco, las minas están en el poblado de San Jerónimo. Los colonos de esa localidad, Santa María Tecuanulco, Santa Inés, San Juan Tezontla y Guadalupe Amanalco han señalado daños a calles y viviendas por el paso de camiones pesados.
El pasado mes de abril, la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), en respuesta a la solicitud de información número 0001600070017, dio a conocer que no ha expedido permiso alguno para la extracción de material pétreo ni ha emitido autorización de impacto ambiental para la explotación de minas en los municipios mencionados.
Dijo que la delegación de la Semarnat en el estado de México tampoco ha autorizado la explotación de material pétreo.
Autopista invade tierras ejidales
La principal obra de infraestructura vial aledaña al aeropuerto, la autopista Texcoco-Pirámides, de más de 17 kilómetros y que rodeará el NAICM, se construye en tierras ejidales de San Salvador Atenco y Texcoco, pese a la resistencia de campesinos y del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra.
La vía Texcoco-Pirámides conectará las autopistas México-Pirámides y Peñón Texcoco, así como el corredor México-Tuxpan, con la terminal aérea.
Integrantes del FPDT han acusado a las empresas Cipsa y Pinfra de invadir decenas de hectáreas de los ejidos de Tocuila, San Felipe, Santa Cruz de Abajo, la Magdalena, Francisco I. Madero, Atenco, Acuexcomac y Nexquipayac sin los permisos correspondientes.
En Tocuila, Atenco y Nexquipayac se han presentado denuncias penales y juicios de amparo contra la obra y por las agresiones sufridas. Los inconformes incluso cuentan con una suspensión definitiva otorgada por el juzgado de distrito, que ha sido pasada por alto por las empresas.
Con información de: La Jornada