Diputadas de ultraderecha renuncian para dar cargos a hombres

El partido ultraderechista Vlaams Belang sustituye por hombres a diputadas electas que incluyó en sus listas para cumplir la paridad.


Regeneración, 31 de mayo de 2019. Los criterios de paridad de género han sido cumplidos  poniendo a mujeres como candidatas y sustituyéndolas posteriormente.
En Bélgica una eurodiputada y una diputada elegida para el Parlamento Flamenco del partido de ultraderecha Vlaams Belang presentaron su renuncia antes de ocupar sus escaños.
Esta directriz del presidente del partido, Tom van Grieken, se trata de una estrategia para sortear el requisito de las listas cremallera.
Para ello las mujeres ocupaban la segunda posición en sus listas.
Patsy Vatlet y Lut Deforche-Degroote fueron asignadas en el segundo puesto en la lista al Parlamento Europeo y en la representación de Flandes Occidental en el Parlamento flamenco, respectivamente.
«Un tercer escaño no estaba asegurado y una mujer tenía que ir en segundo lugar, así que me  eligieron a mí y a él le hicieron primer sustituto», confiesa una de las mujeres que renunció.

Falsa paridad de género

La derecha ultra ha tenido un ascenso considerable en Europa y comienza a chocar con los criterios progresistas que se han instituido en los países del continente.
La igualdad entre hombres y mujeres, la paridad y las leyes de compesación histórica, son para la nueva derecha formas de dar gratuitamente privilegios a las mujeres.
El mismo partido ha dicho que la dimisión de las mujeres ha sido una estrategia para esquivar consientemente el criterio.
Pero al menos una de las candidatas tiene un conflicto respecto al procedimiento. El portavoz de la formación ha justificado que Vatlet es la tesorera del partido y no puede perder esa posición.
lo que significa que su candidatura nunca fue real y que su lugar en la lista era una pretensión para cumplir el principio de paridad.
Los partidos en Bélgica están obligados a formar listas cremallera: si el cabeza de lista es un hombre, la segunda posición debe estar ocupada por una mujer. 
Deforche-Degroote, dueña de una cafetería en Roeselare, sabía que era una farsa diseñada únicamente para poner a un varón al frente del puesto.