El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, celebró la adquisición de un tomo de Las violetas del Anáhuac, el primer periódico hecho por mujeres para mujeres que existió en el país y que ahora forma parte del acervo de la Cancillería
Por Martha Rojas
RegeneraciónMx, 7 de diciembre.-“Este diario sí marca un antes y un después en la vida pública de las mujeres, y ahora serán del dominio público para todas las personas que tienen interés en la historia. Es un tomo que tiene una colección de poesía y quehaceres literarios entre otras cosas”, dijo el canciller Marcelo Ebrard al recibir para el Museo de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) un tomo del primer periódico feminista que existió en el país y que curiosamente salió a la luz pública durante el mandato de Porfirio Díaz.
El Tomo I de “Las violetas del Anáhuac”, un semanario que apareció hacia 1873, fundado por mujeres de la época y dirigido por Laureana Wrigth, bajo la idea de que las mujeres debían instruirse y alejarse de la ignorancia al tiempo que aprendían a ser buenas madres capaces de criar hijos que aseguraran el progreso del país.
En aquella época cada ejemplar se vendía a seis centavos, y se ofrecía una suscripción mensual por la módica cantidad de 35 centavos, sumado al subsidió que el Gobierno de Díaz proveyó, la publicación pudo gozar de algunos años de florecimiento hasta que desapareció en febrero de 1889.
En el tomo que se integrará como una verdadera reliquia al Museo de la Cancillería fue elaborado en la Imprenta del Águila entre 1887 y 1888, en papel marquilla, en él se pueden apreciar las cómicas y pensadas secciones que las colaboradoras maquinaban edición tras edición y que dejan una huella de la transformación que sufrió la vida femenina a finales del siglo XIX.
Entre los artículos más interesantes que se publicaron en Las violetas del Anáhuac se encuentra una crónica sobre la titulación de Matilde de Montoya la primera mujer en lograr un grado académico reconocido en México también fue la primera médico del país, algo totalmente insólito para el momento prerrevolucionario.
En Las hijas del Anáhuac se podían encontrar cuatro secciones fijas: Almohadilla, en la que se presentaban consejos de belleza o domésticos así como composiciones poéticas y una encomienda hacia todas las mujeres que leían el semanario; Gacetilla, en donde ellas comentaban las diatribas de otros periódicos acerca de su publicación con un sardónico sentido del humor por la cultura y la educación; Diversiones, una especie de cartelera teatral y, Revista de la semana, en donde se describían los acontecimientos sociales más relevantes de la época con un lenguaje ameno y sencillo.
Hacia el final de su existencia la publicación dio un giro editorial enfocándose en la creación de narrativas poco exploradas por las mujeres, entre ellos el cuento y la novela. Fue así como “Las violetas del Anáhuac” se convierte en el primer periódico de circulación nacional de corte feminista al ser hecho por mujeres para mujeres enfocándose en la manera en que estas podían conseguir una educación de calidad.
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