La tensión continúo este miércoles en Estados Unidos, la víspera del Día de Acción de Gracias y tercera jornada de cólera por la liberación del policía blanco que mató a un joven negro desarmado, en un hecho que reavivó las tensiones raciales en el país y llegó hasta Londres.
Regeneración, 26 de noviembre de 2014.-«La vida de los negros cuenta» o «Policías asesinos, fuera de nuestras calles», gritaban miles de personas durante una manifestación frente a la embajada de Estados Unidos en Londres, para denunciar la decisión de un gran jurado de no imputar al policía blanco Darren Wilson, que mató al joven negro Michael Brown, en un polémico caso en agosto en Ferguson, un suburbio de San Luis, Misuri.
En el marco del Día de Acción de Gracias, los padres de Brown viajaron a Nueva York para asistir a una ceremonia con los familiares de dos recientes víctimas negras de violencia policial.
Junto a ellos estaban los padres de Akay Gurley, un joven negro de 28 años abatido la semana pasada por un policía en Brooklyn (sudeste), y de Eric Garner, de 43 años y muerto el 17 de julio luego de haber sido sometido por la fuerza por varios oficiales blancos tras intentar resistirse en Staten Island (sur).
En San Luis la policía dispersó a manifestantes que querían entrar a la alcaldía y detuvieron a tres personas, según la prensa local. En Ferguson caía nieve, por lo que las protestas podrían disminuir por la noche.
Durante el día, cuatro o cinco hombres hicieron barricadas frente a las ventanas de un garaje de automóviles ubicado cerca de la comisaría de esta ciudad de 21.000 habitantes, en su mayoría negros.
Celebridades llamado a boicot
Varias celebridades, como el magnate del hip hop Russell Simmons, Kat Graham y Jesse Williams llamaron a boicotear el «viernes negro» para protestar por el caso Brown y a «no gastar ni un centavo» (#notonedime).
El ‘viernes negro’ o ‘Black Friday’ es el que sigue al Día de Acción de Gracias, en que los comercios y grandes distribuidores ofrecen importantes descuentos.
Decenas de miles de personas se manifestaron en 170 ciudades de Estados Unidos el martes por la noche, con más de 180 detenidos en Los Ángeles por haber cortado una autopista.
Es raro que las protestas por una causa alcancen tantas ciudades en Estados Unidos, lo que demuestra la profundidad del trauma provocado por la muerte de Brown.
Al caso de Brown se suma la indignación por la muerte de un niño negro de 12 años, abatido el fin de semana por un policía cuando manipulaba un arma de juguete en Cleveland (Ohio, norte), donde también se realizaron marchas para pedir justicia.