México está en una encrucijada, y lo que hagamos o dejemos de hacer afectará nuestro futuro, como pueblo y como nación. El neoliberalismo saquea al país; subordina el Estado a la oligarquía; destruye la ecología y el tejido social con la violencia y la pobreza; rompe el pacto social con sus abusos.
Y como los poderosos no van a cambiar, la única salida es transformar de raíz a México. Esto sólo será posible si los ciudadanos construimos un poder social, con un proyecto común y un espítiru unitario. La vía democrática implica organizar, desde abajo, la conquista del gobierno y forzar el cambio verdadero a través del voto.