El hambre y la propia inseguridad son asesinos “silenciosos” que acaban con las mujeres en Hidalgo sin que por ello se activen medidas específicas para disminuir el impacto de estos dos grandes problemas sin dejar de lado las violaciones de las que son sujetas.
Por Mariana Morales
Regeneración, 17 de septiembre de 2018.- Las mujeres hidalguenses son víctimas de una sociedad en la cual son más propensas a morir “de hambre” que los hombres; incluso su vulnerabilidad se ve reflejada también en cuanto a que el mayor número de víctimas de homicidios se concentra en aquellas que son jóvenes, revelaron los registros administrativos sobre las Defunciones Generales de las Mujeres del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Lejos de que se activen protocolos cuya eficiencia podría hacerlas sentir más seguras, transitan en una entidad donde el número de víctimas se ha venido acrecentado en los últimos años, lo cual se conjuga con vivir en municipios como Pachuca y Tulancingo que en los últimos años registran el mayor número de violaciones a escala nacional según revelan asociaciones como Seguridad, Justicia y Paz.
Las defunciones por hambre
En Hidalgo mueren más mujeres por desnutrición y enfermedades asociadas a la desnutrición (hambre) de lo que hacen los hombres. Tan sólo en 2016 se presentaron 123 muertes por hambre de mujeres en tanto que para los hombres dicha cifra ascendió a los 100 casos.
Las muertes por hambre en el caso de las mujeres superan en 2.89 veces los fallecimientos que se dan por homicidios; incluso, si a las defunciones por desnutrición durante 2016 se le restaran los homicidios perpetradas hacia mujeres durante los años 2016 y 2017, la cifra muestra 31 casos más que el conjunto de los señalados.
Las defunciones por homicidio
Aunque es mayor el número de mujeres que mueren a causa de hambre que aquellas que son asesinadas, ello no significa que el impacto sea menor; incluso, la cifra aumentó en 14% de 2016 a 2017 como revela Inegi.
Así, mientras el número de asesinatos registró 43 datos para 2016, el año siguiente la cifra subió a 49 de estos, teniendo en cuenta además que las pericias no siempre determinan el lugar donde o bien fue cometido el crimen o donde los restos fueron abandonados.
Es de destacar también que el 38.8% de los casos de asesinato en mujeres se da en víctimas de entre los 15 y los 29 años de edad en tanto que para los hombres el 40% de estos se concentra en varones cuyas edades oscilan entre los 30 y los 44 años de edad, siendo así las mujeres más vulnerables respecto su juventud.
Víctimas de violación
Pero las mujeres en Hidalgo no sólo son víctimas de muerte por hambre así como por el aumento de los homicidios, sino que son más vulnerables a las violaciones respecto de otras regiones del país.
Así se necesite recorrer algunos metros en algunas zonas de la capital para llegar a Mineral de la Reforma, la diferencia en los niveles de prevalencia son brutales entre un municipio y otro. Por ejemplo, si bien el año pasado Mineral de la Reforma ha tenido un descuido tal que le llevó cerca de estar en el top 20 nacional (con alrededor de 230 municipios evaluados), suele mantener posiciones a 80 en el ranking nacional mientras que para el caso de Pachuca, la capital hidalguense, se ha mantenido durante 4 evaluaciones seguidas en el top 20 nacional e incluso en 3 de ellas en el top 10.
Tulancingo es otro municipio donde las mujeres no pueden caminar seguras por temor a ser violadas, toda vez que en la última evaluación nacional obtuvo el deshonroso 1er lugar nacional entre todos los municipios del país con más de 100 mil habitantes y en 3 de las ultimas 4 evaluaciones estuvo en el top 20 nacional.
Por si fuera poco Tula también ha estado en el top 10 nacional de mayor número de violaciones y Tizayuca también ha estado en el top 20 nacional.
Hidalgo no es una entidad segura para las mujeres.
La revictimización
Pero el infierno que viven las mujeres en Hidalgo no sería posible de no existir complicidad por parte de aquellos que no sólo silencian su pesar para dar una imagen que Hidalgo no tiene, sino que encima se busca revictimizar a quienes ya fueron padecieron un abuso o incluso vivieron una tragedia.
Tal es el caso de la exfuncionaria de Pachuca Olayet Cabrera, misma que desapareció en julio pasado junto con la nómina correspondiente de algunos sindicalizados del ayuntamiento y de la cual se comenzaron a difundir hipótesis en redes sociales a través de perfiles falsos (ya borrados los referidos) en los que se dijo que probablemente habría escapado con su pareja sentimental.
Al llevar una suma cercana a los 400 mil pesos, incluso hubo usuarios que se sumaron a creer y difundir que la misma se había dado a la fuga con otros propósitos.
El ayuntamiento capitalino encabezado por Yoli Tellería se preocupó más por la nómina que por la seguridad de su exempleada al grado que aún habiendo sido informada Yoli Tellería sobre un cuerpo que presumiblemente era el de su excolaboradora, no lo informó así a la familia ni tampoco explicó por qué en lugar de activar diversos protocolos para su localización, habría levantado una denuncia por robo.
La referida fue localizada sin vida y se necesitó cerca de un mes para la plena identificación del cuerpo.