El hombre que predijo la caída de la industria musical

Jacques Atali
En 1976, en su libro «Ruido», Jacques Attali alertó sobre el fin de la era de oro de la industria musical. Las ventas crecieron casi sin control hasta 1999, el año más rentable de la historia de la industria. Pero con el cambio de siglo llegó la web y MP3, y los ingresos colapsaron: un cambio sísmico. Si la música realmente predice el futuro del resto de la economía, lo que se espera es una crisis de proliferación

 

En 1976, la industria musical parecía indestructible.

ABBA, los Beach Boys y Rod Stewart vendían montañas de discos y las cosas sólo podían mejorar.

 

Con «Ruido», Attali alertó sobre el fin de la era de oro de la industria musical. ¿Qué piensa ahora?

 

Las ventas crecieron casi sin control hasta 1999, el año más rentable de la historia de la industria.

Pero con el cambio de siglo llegó la web y MP3, y los ingresos colapsaron: un cambio sísmico que nadie había anticipado.

¿Nadie? Bueno, no exactamente.

También en 1976, un erudito francés llamado Jacques Attali escribió un libro que predijo esa crisis con una precisión asombrosa.

Se llamaba «Ruido: la economía política de la música», y en él llamó a la turbulencia que se avecinaba «la crisis de proliferación».

PIANO 

Pronto, dijo, vamos a tener tal cantidad de música grabada que cesará de tener valor… y, ponte a pensar, ¿cuándo fue la última vez que pagaste US$15 por un álbum?

Música, poder y dinero

Como soy cantante y compositor, me intrigó que Attali hubiera acertado en todo lo que escribió años antes de que ocurriera, por lo que decidí ir a verlo.

«Fue un libro extraño, sobre un tema extraño», me dijo en su hogar en París. A sus 70 años sigue siendo un pensador y escritor prolífico.

Para entender cómo logró predecir la «crisis de proliferación», uno tiene que entender la teoría que presentó en su libro.

La música, el dinero y el poder están todos estrechamente entrelazados, escribió, e históricamente han tenido una relación díscola.

Los poderosos a menudo han utilizado la música para tratar de controlar a la gente.

CarloMagno

En el siglo IX, por ejemplo, el emperador Carlomagno impuso a la fuerza la práctica de cantos gregorianos para«forjar la unión cultural y política de su reino».

Mucho después, el capitalismo y las carteleras de música pop le abrieron a los magnates de la industria la posibilidad de usar la música para extraer grandes cantidades de dinero de la gente.

El lado B de este disco

No obstante, la música también puede usarse para subvertir el poder y socavar el status quo.

El rock’n’roll de los años 50, por ejemplo, ayudó a subvertir un montón de convenciones sociales.

Esa tensión fue lo que llevó a Attali a concluir que los ejecutivos de la industria no podrían controlar la manera en la que adquiríamos la música para siempre.

Cuando nos inundaran con más música de la que podríamos escuchar en la vida, argumentó, el modelo eventualmente colapsaría.Colapso

Fantástico para los oyentes, algunos dirán, pero difícil para los músicos que solían depender de la venta de la música grabada para vivir.

«Nos estamos ahogando en música», dice George Ergatoudis, director de música de BBC Radio 1. Y ganar lo suficiente en «época de abundancia» es problemático.

El futuro al ritmo de la música

Attali también tuvo otra gran idea.

En su opinión, la música -o la industria musical- forjan un sendero por el que el resto de la economía caminará.

La música es un indicador de tendencias.

Lo que le ha pasado y le está pasando a la música ayuda a predecir el futuro.

Cuando los músicos del siglo XVIII -como el compositor Handel- empezaron a vender boletos para sus conciertos, en vez de competir por el patronato real, estaban pisando un terreno económico nuevo, escribió Attali.

Estaban marcando el fin del feudalismo y el principio de un nuevo sistema de capitalismo.

En todos los períodos de la historia, señala Attali, los músicos han estado en la vanguardia del desarrollo económico.

Debido a que la música es muy importante para nosotros pero también muy adaptable, es uno de los primeros lugares en los que podemos ver la aparición de nuevas tendencias.

¿Qué va a pasar entonces?

Si la música realmente predice el futuro del resto de la economía, ¿qué piensa Attali que nos está anticipando?

En opinión del erudito, la manufactura sufrirá una crisis idéntica a la de la industria musical, en este caso causada por la impresión 3D.

«Con la impresión en 3D, la gente podrá imprimir sus propias tazas, muebles…», indica.

«Todos harán sus propios objetos, de la misma manera en la que están haciendo su propia música».

Los prototipos de los objetos pueden ser copiados y compartidos en línea -igual que los archivos de música digital- y luego ser impresos en casa, por un precio módico.

De hecho, eso ya está ocurriendo, y algunos de ellos están en Pirate Bay, el sitio web que se convirtió en el destino favorito de la gente que quería copiar enormes cantidades de música -gran parte ilegal- hace más o menos una década.

«Apenas hay unos pocos cientos de prototipos en Pirate Bay en este momento, desde repuestos para autos hasta pistolas y juguetes», dice el cofundador del sitio Tobias Andersson.

Juguetes
Desde armas hasta juguetes se pueden imprimir ya usando prototipos que se consiguen en la red… pero eso es sólo el principio.

«Pero en unos años imprimir y escanear algo será un proceso rápido. Para entonces habrá prototipos de casi todo lo que uno puede visualizar en internet».

«Todas las industrias que distribuyen objetos estará en la misma situación en la que la industria de la música ha estado en los últimos 10 años. No creo que la mayoría de ellas comprende la inmensidad de lo que está por venir… y está viniendo rápido».

¿Alguna tabla de salvación?

Le pregunté a Attali si artistas como yo, tenemos alguna esperanza.

«Lo único escaso es el tiempo», respondió el profeta.

Así me recordó que como el tiempo no se puede copiar, vender experiencias en vivo como conciertos- deben mantener su valor.

De manera que no tengo que irme a buscar trabajo en un banco… aún quedan esperanzas.

O quizás el amable visionario es demasiado cortés como para decirme otra cosa.

El profeta y el cantante pop

Jacques Attali y Sam York

Jacques Attali es un renombrado economista, filósofo y asesor político, autor de más de 60 libros. Fue el arquitecto del ascenso al poder del presidente Francois Mitterrand, organizador de la cumbre del G7 de 1987 y el primer presidente del Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo.

Sam York ha cantado con artistas como Tom Jones, Ed Sheeran, Jessie J, Dave Gilmour, Ronan Keating y Jack Bruce, y ha sido artista residente en el famoso club de jazz Ronnie Scott como guitarrista, pianista y vocalista. Ahora está lanzando su carrera como cantante y compositor.

Esa «crisis de proliferación», como sabemos, efectivamente se dio.