Entre las principales características del IEMS, su concepción educativa es la más sobresaliente, pues está centrada en el desarrollo e implementación de planes y programas de estudio alternativos a los tradicionales
Por: Sofía Ortiz Laines
El creciente y notable interés que el gobierno de la Cuarta Transformación ha tenido respecto al rescate de la memoria histórica y cultural del país, conduce a una serie de reflexiones valiosas que involucran diversos espacios y actores vinculados con la construcción y enseñanza del conocimiento histórico de México. La lista abarca museos, archivos, recintos con propuestas educativas como las casas de cultura, teatros y hasta la ciudad misma. Sin embargo, vale la pena centrar la atención en el contexto educativo, en específico, el escolarizado, puesto que este último sigue concibiéndose parte toral (pero no única) del engranaje formativo de los ciudadanos.
Uno de los proyectos más significativos en materia educativa gestado en la Ciudad de México, sin duda es el Instituto de Educación Media Superior del Distrito Federal (IEMS), cuyo origen se remonta al año de 2000. La educación que se imparte en dicho lugar es gratuita y está orientada a satisfacer las necesidades de la población ubicada en la capital, a través de 24 planteles establecidos en 14 demarcaciones: Álvaro Obregón, Azcapotzalco, Coyoacán, Cuajimalpa, Gustavo A. Madero, Iztacalco, Iztapalapa, Magdalena Contreras, Miguel Hidalgo, Milpa Alta, Tláhuac, Tlalpan, Venustiano Carranza y Xochimilco. Este proyecto se fundó y continúa operando bajo la premisa de promover la educación de nivel medio superior a aquellas zonas que presentan insuficiencia en su oferta educativa, entre otras carencias de índole material.
Entre las principales características del IEMS, su concepción educativa es la más sobresaliente, pues está centrada en el desarrollo e implementación de planes y programas de estudio alternativos a los tradicionales. Dicho esto, las asignaturas poseen contenido y relevancia curricular distinta a la de los modelos existentes, como en el caso de la materia de Historia. La manera en la que ésta se enseña es a partir de la propuesta desarrollada en torno al “tiempo retrospectivo”, es decir, que la concepción disciplinar de la Historia es distinta a otros modelos de bachillerato de la misma asignatura, los cuales siguen un esquema lineal de causa-consecuencia y de tiempo cronológico, mientras que, en dicha institución, el estudio del pasado se realiza desde la realidad más cercana a la más remota, incorporando otro tipo de capacidades analíticas.
El “tiempo retrospectivo” es una brecha de investigación y un paradigma que está relacionado directamente con tratar de fomentar en los jóvenes la comprensión de la realidad social de forma más significativa, promoviendo el ejercicio continuo de preservar la memoria personal y colectiva de los estudiantes en su propio contexto, pues el IEMS, pretende formar a egresados con capacidad de análisis de su realidad con mayor profundidad, a diferencia de otros programas en los que sobra decir que el interés por aprender Historia es casi nulo. A pesar de los obstáculos que se presentan en la comunidad, el IEMS es un espacio que incorpora otras apreciaciones y subjetividades que posibilitan cuestionar el discurso estático de la historia oficial y que iluminan la participación e importancia de los individuos como constructores de su propia historia. Es aquí donde se intenta fomentar una visión crítica que permita entender que la Historia no sólo se preocupa y ocupa del pasado, sino que incorpora visiones desde el presente.
Habrá que seguir trabajando en la idea de que los jóvenes la retomen ya no sólo como una asignatura más de la que tienen que rendir cuentas cada semestre, sino como una posibilidad de entenderse a sí mismos y al pasado que gestó su presente.