El Nobel de la Paz para la paquistaní Malala y el indio Satyarthi

El Nobel de la Paz fue atribuido este viernes a la adolescente paquistaní Malala Yousafzai, la galardonada más joven de la historia, y al indio Kaliash Satyarthi por su lucha contra la explotación de los niños y por su derecho a la educación.

Malala Yousafzai

10 de octubre de 2014.-La joven, a la que los talibanes dispararon en la cabeza en 2012, por defender el derecho a la educación de las mujeres, estaba en el colegio cuando el comité Nobel noruego anunció el premio y más tarde en conferencia en Birminghan (Inglaterra), donde vive desde hace dos años, dedicó el premio a «todos los niños sin voz».

Malala, que acaba de cumplir 17 años, se convirtió en la persona más joven en recibir el Nobel en los 114 años de historia del premio.

La recién premiada lleva años militando por el derecho de las chicas a la educación, lo que la convirtió en el blanco de un ataque que estuvo a punto de costarle la vida, el 9 de octubre de 2012 en su país natal.

La joven se declaró también «orgullosa» de ser la más joven laureada de la historia del galardón.

«Esta recompensa es para todos los niños sin voz, y que deben ser escuchados», proclamó la joven, que lucía un pañuelo con grandes flores verdes que cubría parte de su cabeza.

Acto seguido señaló que había «pedido al honorable primer ministro [indio] Narendra Modi y al honorable primer ministro [paquistaní] Nawaz Sharif que se unan a nosotros en la ceremonia de entrega de premios en Oslo el 10 de diciembre».

Kailash Satyarthi, menos famoso y bastante mayor (60 años) que Malala, presta auxilio a los niños y a las mujeres que viven como esclavos en las fábricas indias donde ejecutan todo el día tareas pesadas y son víctimas de violencia, incluso de carácter sexual.

Malala y Satyarthi compartirán el premio, que será entregado el 10 de diciembre en Oslo, y los ocho millones de coronas suecas (unos 873.000 euros, 1,1 millones de dólares).

«Agradezco al comité Nobel por este reconocimiento al desamparo de millones de niños que sufren», aseguró el galardonado a la agencia Press Trust of India.

Satyarthi, ingeniero de formación, que decidió dedicarse al trabajo social tras comprobar la pobreza de algunos estudiantes, liberó a 80.000 niños trabajadores gracias a Bachpan Bachao Andolan (Movimiento para salvar a la infancia), organización que fundó en 1980.

Satyarthi, que milita por la prohibición del trabajo infantil en la industria de las alfombras, también participó en la creación de varios movimientos de defensa de la infancia y la escolarización.

El comité Nobel destacó que su compromiso siempre fue no violento, en «la tradición de Gandhi», el líder independentista indio, que nunca recibió el Nobel de la Paz.

«Los niños deben ir a la escuela y no ser explotados financieramente», exclamó el presidente del comité Nobel noruego, Thorbjoern Jagland, que anunció el premio.

«Se calcula que hay unos 168 millones de niños trabajadores en el mundo», indicó Jagland. «En 2000, había 78 millones más. El mundo se acerca al objetivo de erradicar el trabajo infantil».

La elección del comité noruego adquiere un relieve particular a la luz del secuestro de 276 alumnas de instituto en Nigeria, el pasado 14 de abril, por el movimiento islamista Boko Haram, cuyo nombre significa «La educación occidental es un pecado».

Este episodio conmocionó al mundo entero y suscitó un amplio movimiento de movilización «Bring back our girls» («Devolvednos a nuestras niñas») en que participó Malala, al lado de figuras como la ex primera dama estadounidense Hillary Clinton.

 Ícono del derecho de educación de las niñas 

 La adolescente paquistaní se ha convertido, en poco tiempo, en un ícono mundial del derecho a la educación de las niñas, luego de que en octubre de 2012, un grupo de talibanes paquistaníes interceptaron el autobús escolar en el que viajaba en el valle de Swat y le dispararon un tiro en la cabeza, acusándola de perjudicar el islam.

Milagrosamente, la adolescente sobrevivió. Operada en su país, fue trasladada al Reino Unido donde sigue viviendo desde entonces.

Desde el atentado, la joven no ha querido dejarse intimidar y multiplicó los llamamientos a la educación y la tolerancia.

«Luchemos contra el analfabetismo, la pobreza y el terrorismo, nuestros libros y nuestros lápices son nuestras mejores armas», declaró el año pasado en un discurso muy aplaudido ante la ONU.

En el valle del Swat, allegados de Malala, contactados por teléfono por la AFP, expresaron su orgullo por el premio. «Malala es un orgullo para la provincia… y para Pakistán», declaró Ahmed Shah, quien fuera su profesor.

«Pese a su juventud, Malala (…) muestra que los niños y los jóvenes también pueden contribuir a la mejora de su propia situación», aseguró Jagland.

Según Naciones Unidas, 57 millones de niños en edad escolar no van a la escuela, entre ellos un 52% de niñas.

El premio de Economía, entregado el lunes en Estocolmo, cerrará los Nobel 2014.